La historia de secuestros de ciudadanos chilenos como el caso que afectó a la pareja de un narcotraficante de La Legua, quien fue retenida como "prenda de pago" por proveedores de cocaína peruanos en la ciudad de Tacna, no es la primera. Según datos que maneja la Policía de Investigaciones, el fenómeno apareció en 2007 y anualmente se detecta al menos un caso.
Si bien no existen estadísticas oficiales -ya que se trata de acuerdos tácitos entre organizaciones delictuales, por lo que los afectados optan por no denunciar-, investigaciones paralelas las han dejado al descubierto.
En julio de 2008 y cuando la PDI desbarataba a la banda de narcotraficantes "Los Guatones", principales proveedores de cocaína de los traficantes de droga de la zona sur de la capital, en Tacna narcotraficantes secuestraban por más de un mes a Cristian Peralta Rojas, emisario de los traficantes chilenos quien debía realizar los pagos por los envíos.
Peralta tenía 26 años, era taxista y parte de la organización liderada por Sergio y Víctor Care, quienes en junio de ese año le encomendaron viajar a la ciudad peruana a realizar un primer pago de US$15.000 por el envío de más de 40 kilos de la droga. Si bien el cargamento llegó vía marítima a Chile, la PDI detectaría la droga en el control carretero de El Loa.
Mientras la policía detenía a los integrantes de "Los Guatones", Peralta era retenido por los proveedores peruanos, quienes esperaban que se concretara el segundo pago por la droga. Plagiado y amenazado de muerte, aprovechó un descuido de sus secuestradores para huir de Perú. Días más tarde sería arrestado por la PDI.
El Jefe de la Brigada Investigadora Contra el Crimen Organizado Brico, subprefecto Adolfo Rocco, explicó que se trata de una práctica instalada entre las organizaciones delictuales. "Viajan dos personas y eventualmente regresa una al país y la otra queda en garantía. Es un acuerdo tácito donde hay una voluntad de la persona que viaja y por lo que hemos detectado es una práctica requerida por los proveedores", dice Rocco.
Un año antes del secuestro del integrante de "Los Guatones", Bernardino Palleres (28) vivía una experiencia similar. Según su versión, viajó a Tacna por encargo de un amigo quien le solicitó ir a cobrar una suma de dinero. Al llegar al terminal de buses de la mencionada ciudad, Palleres fue abordado por un ciudadano peruano quien le consultó si llevaba los U$500.000 que le debían por el envío de un cargamento de 100 kilos de cocaína. La situación descolocó a Palleres, quien sería plagiado por más de un mes a la espera del pago. El ciudadano chileno fue amenazado con armas de fuego, le vendaron sus ojos y finalmente fue liberado luego de presentar síntomas de apendicitis aguda.
Según el Jefe de la Brico, la experiencia policial indica que "a este tipo de prácticas nadie va engañado, en la mayoría de los casos y antes de que se concreten los pagos ellos se quedan pero libremente incluso los mismos narcotraficantes peruanos los alimentan".
El jefe policial manifiesta que se trata de un delito complejo de detectar y controlar, sin embargo indicó que ya existen coordinaciones con la policía del vecino país para intercambiar información para "determinar el movimiento migratorio con estos fines".