La policía china reprimió hoy con gases lacrimógenos nuevas protestas en Urumqi, la capital de la convulsa provincia de Xinjiang, en el extremo oeste de China.

Más de mil personas salieron hoy a la calle, por tercer día consecutivo, para reclamar una mejor protección de la población y manifestar su malestar por una misteriosa serie de ataques con jeringas a transeúntes, principalmente chinos, que mantiene aterrorizada a la ciudad desde l7 de agosto.

En varios puntos de Urumqi se realizaron nuevas manifestaciones. Un testigo dijo que decenas de personas fueron arrestadas. Las autoridades ordenaron un amplio despliegue de la policía y las fuerzas paramilitares para restablecer el orden. Testigos dijeron que el centro de la ciudad fue cerrado al tráfico.

Los nuevos disturbios estallaron dos meses después de los sangrientos enfrentamientos entre miembros de la minoría étnica uigur de Xinjiang y chinos de la mayoría han, que dejaron 197 muertos y unos 1.600 heridos.