La policía turca dispersó a los cientos de manifestantes congregados en la palza Taksim de Estambul, a dos horas de enviado un ultimátum del primer ministro Recep Tayyip Erdogan.

Tras las advertencias, los uniformados procedieron a desalojar el lugar utilizando camiones lanza aguas y gases lacrimógenos.

Durante la mañana, el primer ministro había advertido que, el domingo, la policía desalojaría a la fuerza a quienes siguieran usando el parque Gezi de Estambul, que se ha convertido en el centro de las protestas antigubernamentales. "Si mañana está vacío, está vacío. Si no, las fuerzas de seguridad lo vaciarán. Este Estado no es su juguete", adviritó el gobernante.

"Entraron a la fuerza, con mucho gas. Nos pegaron, incluso a las mujeres", relató una de las manifestantes. Apenas se conoció el desalojo del parque, decenas de miles de personas salieron a las calles de Estambul y de Ankara pidiendo la renuncia del gobierno.

Hoy, el colectivo Solidaridad Taksim, que reúne a 116 asociaciones y dirige la ocupación del parque Gezi, anunció su rechazo a evacuar el lugar a  pesar de los gestos conciliadores del gobierno. "Vamos a seguir nuestra resistencia contra cualquier injusticia en nuestro  país (...) Esto es sólo un principio, Nuestra lucha continuará", indicó en un comunicado.

Mañana, el primer ministro participará nuevamente en una reunión pública con decenas de miles de manifestantes en Estambul.

La brutalidad policial y la intransigencia de Erdogan frente a los  manifestantes le valieron numerosas críticas desde el extranjero,  principalmente de Estados Unidos y de la Unión Europea.