Los colectivos homosexuales turcos desafiaron hoy la prohibición de las autoridades del país de celebrar la marcha del Orgullo Gay en Estambul, donde los policías dispersaban a los grupos, que de inmediato se reunían en otro lugar de la ciudad.

La marcha había sido convocada para las 14.00 GMT en la calle Istiklal, en el corazón comercial de Estambul y tradicional lugar de este desfile que se celebra desde 2003 en la ciudad del Bósforo.

Pese a la prohibición de la marcha, anunciada este sábado por la oficina del gobernador provincial, los colectivos de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) decidieron mantener la convocatoria.

Desde el mediodía, la policía acordonó numerosos accesos a la calle Istiklal, registraba a los transeúntes para comprobar si llevaban banderas de arcoriris (los colores del movimiento gay) y vetaba la entrada a quienes vestían ropa llamativa.

Durante una hora, pequeños grupos de activistas intentaron marcar su presencia batiendo palmas o gritando la frase convertido desde el año pasado en lema de estas protestas: "¿Dónde estás, cariño?", suscitando de inmediato cargas de los agentes, que se servían incluso de perros policiales.

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"La marcha es imposible, no hemos podido ni pasar a la calle Istiklal, por nuestro aspecto", indicó a Efe una activista, que prefirió el anonimato, y que iba vestida con ropa de colores.

"Las autoridades dicen que han prohibido la marcha por nuestra seguridad, vistas las amenazas de sectores ultranacionalistas, pero creemos que es un pretexto", agregó.

"No solo se prohíbe la marcha gay: desde hace un par de años, y especialmente desde la proclamación del estado de emergencia en julio pasado, no se puede hacer ninguna manifestación, sea del signo que sea, salvo si la convoca el propio gobierno", recordó la joven.

Al darse por imposible la cita prevista, varios cientos de activistas se congregaron en las calles del barrio adyacente de Cihangir, conocido como residencia de clases liberales y cafés de diseño, donde empezaron a bailar, cantar, agitar banderas y desplegar pancartas.

Como era habitual en años anteriores, destacaron los atuendos coloridos y, especialmente entre el colectivo transexual, amplios escotes o incluso bikinis.

Entre aplausos, una pareja de hombres escenificó un largo beso de amor ante las cámaras.

"Existimos, ya se acostumbrarán", era otro de los lemas cantados, que también figuraba en una inmensa pancarta desplegada en un cruce del barrio.

Pero al poco rato, una unidad policial se adentró en la zona y lanzó algunos botes de gas lacrimógeno para dispersar a los activistas, que escaparon corriendo.

"No han usado cañones de agua, porque los grandes vehículos blindados no pueden entrar en estas calles", señalaba a Efe un activista, cuando los participantes se volvían a congregar.

Los agentes empleaban también el gas de forma limitada y la mayor parte de sus intervenciones se reducía a marchar hacia los puntos de reunión para luego correr tras los militantes que huían.

Portavoces de los colectivos aseguraron a Efe que al menos una decena de personas, entre ellas una extranjera, fueron detenidas, pero no hay todavía cifras definitivas.

"Pese a la prohibición hemos conseguido realizar nuestra marcha anual; la policía nos dispersa, pero aquí estamos", dijo a Efe un participante de la marcha que también prefirió el anonimato.

Recordó que entre 2003 y 2014, el desfile anual por la calle Istiklal se había hecho siempre de forma pacífica y alegre, congregando hasta 15.000 personas, y que en 2015 acabó por primera vez en cargas policiales.

"Por una parte hemos acudido cada vez más gente: se nos ve mucho más que antes, hemos crecido, y por eso damos más miedo al gobierno, y por otra parte cada vez hay más represión política en todos los aspectos", analizó este manifestante.

"Pero hemos estado antes, estamos ahora y estaremos en el futuro", agregó.