Centenares de policías bolivianos de rangos bajos se amotinaron hoy y ocuparon dos cuarteles en las ciudades de La Paz y Cochabamba (centro) para reclamar mejores salarios al Gobierno, que consideró "injusta" la protesta y replicó que por ahora no es posible atender esas demandas.
En ambas ciudades, los agentes ocuparon los cuarteles de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), encargada del control antidisturbios.
En La Paz, decenas de agentes, algunos usando pasamontañas, ingresaron esta mañana disparando gases lacrimógenos al edificio de la UTOP, situado al lado del Ministerio de Exteriores y a poco más de una cuadra del Palacio de Gobierno y del Parlamento.
Los amotinados activaron gases lacrimógenos contra el comandante departamental de La Paz, coronel Edward Barrientos, quien se había acercado al lugar para intentar dialogar con ellos.
En Cochabamba, los policías se declararon "en huelga de brazos caídos" y ocuparon el cuartel, mientras que una decena de esposas de los agentes inició una huelga de hambre en las puertas de ese edificio, reportaron los medios desde esa ciudad.
Los agentes reclaman que el salario básico del sector se nivele en una suma mínima equivalente a 301 dólares y que el mismo se fusione con un bono de 57,4 dólares que reciben cada mes.
El presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales, Sargentos, Clases y Policías (Anssclapol),
Javier Quispe
, dijo a la radio Erbol que
las protestas se deben a que el Ministerio de Gobierno (Interior) rechazó la fusión del bono con el salario básico, pese a que se viene conversando sobre el tema desde 2012.
Según Quispe, la propuesta para esta fusión fue sustentada de manera "técnica y legal", pero las autoridades la rechazaron.
"Nosotros nos sentimos víctimas, ya que ellos mismos nos dijeron que era viable y así nos han tenido desde 2012, con falsas esperanzas y expectativas a nivel nacional y hemos llegado a este extremo por culpa del Ministerio de Gobierno", sostuvo.
Añadió que dentro de 24 horas analizarán nuevas medidas de protesta si es que no logran una respuesta a sus demandas.
Según la Anssclapol, ya hay protestas en otras regiones del país, aunque el Ejecutivo asegura que solo están en La Paz y Cochabamba.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, tildó de "medida injusta" la presión de los policías y dijo que está dispuesto a reunirse con los agentes pero no bajo las amenazas, ni movilizaciones.
Aseguró que el Gobierno ha "hecho esfuerzos encomiables" en los últimos años para mejorar las condiciones materiales de los policías y la modernización de la entidad, que cuenta con un total de 36.602 agentes en todo el país.
Asimismo, sostuvo que entre 2006 y 2013, bajo la Presidencia de Evo Morales, el presupuesto para salarios de la Policía creció en un 172 % frente a lo registrado en los ocho años previos.
También defendió que los agentes tuvieron aumentos salariales que estuvieron por encima de los índices de inflación, una asignación alimentaria mejorada y mejores condiciones para su trabajo.
El aumento salarial para 2014 es de un 10 %, superior al 6,5 % de inflación registrado el año pasado.
Según Romero, la demanda de fusionar un bono al salario básico tendrá un efecto para las arcas del Estado de un gasto adicional equivalente a 23 millones de dólares anuales, una cifra que subirá gradualmente cada año por el crecimiento vegetativo de la entidad.
La autoridad indicó que se ha propuesto a los agentes trabajar en una comisión técnica y ver la posibilidad de incluir nuevas mejoras salariales para la policía en el proyecto del Presupuesto General 2015, que será presentado en agosto próximo.
En 2012, los policías de bajo rango se amotinaron en el cuartel de la UTOP en La Paz y protagonizaron disturbios violentos, incendiaron unidades policiales y prácticamente establecieron un cerco a los palacios de Gobierno y el Parlamento, también para exigir mejoras salariales.