La popularidad de la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se derrumbó a 13% tras las masivas protestas contra su  gobierno, según indicó hoy el sondeo Datafolha, mientras crece el  escándalo en la estatal Petrobras y declina la economía.

Además de la caída de 10 puntos en la aprobación de su gestión respecto de  febrero (23%), la mandataria registró un rechazo a su gobierno de 62% cuando su  segundo mandato aún no llega a tres meses.  

Ese nivel de reprobación es el "más alto de un mandatario desde septiembre  de 1992, en vísperas del 'impeachment' del entonces presidente Fernando  Collor", apuntó el diario Folha de Sao Paulo que publica la encuesta.

Es la primera vez que el rechazo al gobierno de Rousseff supera el 50%.

El domingo, cerca de 1,7 millones de personas salieron a las calles en  varias ciudades de Brasil para protestar contra el gobierno, la corrupción en  Petrobras, el deterioro de la economía y pedir la salida de la mandataria  izquierdista del poder. Esas marchas habían sido precedidas por movilizaciones  pro gobierno, de menor escala, que igualmente tuvieron cierto tono de crítica  debido al ajuste fiscal en curso.

En respuesta a las movilizaciones del domingo, Rousseff planteó el lunes  que su gobierno "tiene la obligación de abrir el diálogo".

El gobierno lanzará hoy un paquete anticorrupción. La operación  policial 'Lava Jato' (lavadero de autos) investiga desde hace un año una red  delictiva de empresarios, altos jefes de la petrolera y políticos, armada para  estafar al estado y lavar dinero que movió 4.000 millones de dólares en la  ultima década.

La causa tiene bajo la lupa a 2 gobernadores, 22 diputados y 13 senadores,  entre ellos el expresidente Fernando Collor de Melo (1990-1992), quien renunció  en 1992 en medio de denuncias de corrupción y masivas manifestaciones. Su  reprobación en ese entonces era de 68%.

Según la encuesta, la popularidad de Rousseff se deterioró en todos los  segmentos sociales, e incluso cayó en zonas donde el oficialista Partido de los  Trabajadores (PT, izquierda) es más fuerte. 

"Por primera vez, la mayoría de los que tienen menor renta y escolaridad  clasifican su gestión como mala o pésima. Lo mismo ocurre en el norte y el  noreste", que son bastiones políticos del PT, dijo Folha.

Lejos del vigor de hace unos años, cuando Brasil sorprendía al mundo con  altas tasas de crecimiento, la economía está estancada. La inflación escaló a  6,4% en 2014, muy por encima de la meta oficial, un dato más que se agrega a la  larga lista de indicadores negativos, como déficit fiscal y comercial.

Un 60% de los encuestados estimó que la situación económica va a empeorar,  contra 15% que dijo que mejorará. Es el peor índice desde 1997 cuando Datafolha  lanzó la pregunta sobre expectativa de la economía.  La encuesta Datafolha se realizó el lunes y el martes sobre 2.842 personas  en 172 municipios brasileños. Tiene un margen de error de 2 puntos.