La popularidad de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, cayó del 42 % al 23 % este mes, un 19 %, según una encuesta divulgada hoy por la firma Datafolha, en medio de la crisis de la petrolera estatal Petrobras y el empeoramiento de las expectativas económicas del país.

Según el sondeo realizado por Datafolha entre el martes y el jueves, mientras que el 23 % de los brasileños evalúa positivamente a la jefe de Estado, un 33 % lo considera regular y el 44 % malo o pésimo. 

Los porcentajes contrastan con los captados por la misma firma encuestadora el pasado diciembre, un mes antes de que la presidenta asumiera su segundo mandato tras ganar las elecciones del pasado octubre en una ajustada segunda vuelta.

En diciembre, el 42 % de los entrevistados evaluaba positivamente a la jefa del Estado, el 33 % de manera regular y el 20 % la desaprobaba.

De acuerdo con el diario Folha de Sao Paulo, se trata de la peor evaluación del Gobierno de Rousseff y la más baja otorgada a un presidente de Brasil desde Fernando Henrique Cardoso en diciembre de 1999, cuando el 46 % de la población consideró su gestión "mala o pésima". 

El sondeo fue realizado esta semana, cuando la crisis de Petrobras se agravó con la detención temporal del tesorero del Partido de los Trabajadores (PT) de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y el nombramiento de su nueva cúpula directiva, tras la renuncia de la anterior.

El tesorero del PT, João Vaccari Neto, fue llamado a declarar porque se sospecha que "solicitó donaciones legales e ilegales" a varias empresas socias de Petrobras, que son investigadas por las corruptelas.

De acuerdo con Datafolha, el 52 % de los entrevistados consideró que Rousseff sí sabía lo que ocurría en Petrobras, el 25 % cree que la mandataria "sabía, pero no podía hacer nada para evitarlo", mientras que 14 % dijo que la jefa de Estado desconocía la corrupción en el seno de la estatal.

Cuestionados sobre si el descubrimiento de la corrupción perjudica a Petrobras, el 82 % afirmó que sí, frente al 8 % que dijo que no.

La popularidad de Rousseff también cae en un momento en el que Brasil registra un débil crecimiento económico, una elevada inflación y unas maltrechas cuentas públicas que han llevado al Gobierno a anunciar medidas de ajuste fiscal.

La encuesta publicada por el diario Folha de Sao Paulo también constató una caída en la popularidad del gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, quien el pasado octubre fue reelegido en primera vuelta en medio de la crisis hídrica que atraviesa el estado más poblado del país.

El 38 % de los entrevistados evaluó a Alckmin como óptimo o bueno, el 36 % regular y el 24 % malo o pésimo, mientras que en octubre del pasado año, el 48 % lo aprobaba, el 34 % lo consideraba regular y el 13 % le daba una evaluación negativa.

Sao Paulo atraviesa una de sus peores crisis hídricas de la historia y las autoridades admitieron recientemente la posibilidad de un racionamiento "drástico" de agua a partir de marzo si las lluvias no consiguen aumentar el nivel de los principales embalses de la ciudad.

Para la realización de la encuesta, que tiene un margen de error de dos puntos porcentuales, fueron entrevistadas 4.000 personas en 188 municipios brasileños.