No sólo su copete perfectamente moldeado con gomina y su pinta de galán de culebrón mexicano ayudaron a Enrique Peña Nieto a alcanzar la Presidencia de México en 2012, sino que también su slogan de campaña "te lo firmo y te lo cumplo", que consistía en firmar ante notario sus promesas electorales, lo catapultaron como candidato. En ese momento, Peña Nieto era también la gran esperanza del Partido Revolucionario Institucional, que regresaba al poder tras dos sexenios al mando del Partido Acción Nacional (PAN) -con Vicente Fox y Felipe Calderón-, que en 2000 le había arrebatado el gobierno al PRI luego de 71 años al mando de México.

Pero en el inicio de su quinto año como Presidente, Peña Nieto atraviesa serios problemas, con una popularidad en picada y que comparativamente figura muy por debajo de todos sus antecesores desde Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) en adelante.

Según una encuesta de la Consultora Mitofsky conocida esta semana, Enrique Peña Nieto (EPN) posee apenas un 17% de aprobación, el nivel más bajo de su gestión (2012-2018). A su vez, el 77% lo rechaza. En noviembre de 2013, es decir al cumplir su primer año en el poder, su popularidad se situaba en un 42% de acuerdo al diario mexicano El Universal. Desde entonces no ha hecho más que bajar.

En comparación a los cuatro anteriores gobiernos mexicanos, el desempeño de EPN a ojos de la mayoría es paupérrimo. A esta misma altura, es decir, al inicio de su quinto año en la Presidencia, Felipe Calderón (2006-2012) contaba con un 52% de aprobación y un 46% de rechazo. Y eso a pesar de que en ese momento la guerra contra el narco se acercaba a los 60 mil muertos.

A su vez, en su quinto año de gobierno, Vicente Fox (2000-2006) otro "panista", tenía un 62% de aprobación y un 36% de desaprobación ciudadana, según la Consultora Mitofsky. En comparación a sus correligionarios del PRI, Peña Nieto también figura muy atrás. Así, en el trimestre 17 de su mandato, Ernesto Zedillo (1994-2000) obtenía un 51% de aprobación y 40% de rechazo, mientras que el 77% veía con buenos ojos a Salinas de Gortari y un 16% lo desaprobaba. La evaluación de Salinas de Gortari, que implementó una privatización masiva de las empresas del Estado, es exactamente a la inversa respecto a Enrique Peña Nieto.

Varios hechos explican el desplome de la popularidad de Peña Nieto. Según los analistas, lo más inmediato son los coletazos por la controvertida relación con su par estadounidense, Donald

Trump, muro incluido. En enero EPN decidió suspender su visita a la Casa Blanca tras la insistencia de Trump en la construcción del muro en la frontera. Pero a esas alturas ya la mayoría de los mexicanos estaba indignado con Peña Nieto por haber recibido a Trump en Ciudad de México en plena campaña electoral, sabiendo de antemano la retórica antiinmigrante y los planes para la construcción del muro del entonces candidato republicano.

También el apoyo al gobernante mexicano se vio golpeado por el alza de los combustibles (de hasta 20%), que generaron una ola de protestas y saqueos -además de seis muertos- a comienzos de enero. Esta medida se dio en el marco de la reforma energética de 2013 que dio luz verde a la inversión extranjera en la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex). La apertura al mercado también ha coincidido con la depreciación de más del 15% del peso mexicano respecto del dólar luego del triunfo de Trump.

Durante su gestión, EPN también ha llevado adelante una reforma financiera, una reforma educacional y una reforma de telecomunicaciones. Ello, además del Pacto por México, con los principales partidos políticos. Pero no ha sido suficiente para los mexicanos.