Si antes de dormir acostumbras a dejar recargando durante la noche tu smartphone o tableta en el velador, y si a eso le sumas una TV en el dormitorio, probablemente la luz emitida por estos aparatos electrónicos es una de tantas culpables en caso que tengas sobrepeso.
Esto, según un estudio realizado por la Universidad de Granada, que descubrió que la luz artificial de las pantallas de teléfonos inteligentes, alumbrado público o computadores impide que el cuerpo genere melatonina, una hormona que combate la obesidad, regula los patrones de sueño y a la vez funciona como un potente anti-inflamatorio que aumenta el metabolismo.
Experimentos realizados en ratas obesas permitieron descubrir que un mayor consumo de la hormona las hizo perder peso, además de combatir la diabetes tipo dos. Es por ello, que los investigadores piensan que podría tener el mismo efecto en los seres humanos.
De acuerdo a Ahmad Agil, quien dirigió el estudio, el incremento en los casos de obesidad y diabetes tipo dos son causados principalmente por los ambientes modernos, como un estilo de vida sedentario, mayor consumo de alimentos procesados con alto contenido calórico y la exposición excesiva a la luz artificial, que reduce los niveles de melatonina.
La hormona, naturalmente presente en seres humanos, animales, especias, hierbas, té, café, hortalizas, frutos y semillas, funciona como "una señal que se libera durante la noche para establecer los ritmos circadianos". Es por ello que "en la actualidad este proceso se interrumpe con frecuencia, como resultado de la exposición excesiva a la luz artificial durante la noche", agrega el investigador.
De esta forma, que muchas personas tengan la costumbre de dormir con sus lámparas, televisores, computadores encendidos y persianas arriba, finalmente repercute en la reducción de melatonina endógena.
Según Agil, "es importante tratar de dormir en la oscuridad absoluta, para evitar interferencias en la generación de la hormona".
El estudio, realizado por el Hospital Universitario La Paz de Madrid y la Universidad de Texas, fue publicado en el Journal of Pineal Research.
Fuente: Medical Xpress