Aglomeraciones y molestia en los pasajeros son algunas de las escenas que se repiten cada año en el Metro, durante los días de lluvia. De hecho, el martes pasado, con la primera lluvia de proporciones en Santiago, se generó un gran atochamiento de pasajeros en varias estaciones de la Línea 1.

"La afluencia de pasajeros se mantuvo dentro de los rangos habituales. La diferencia se produjo en el horario de lluvia y punta tarde de la Línea 1, el que registró un aumento aproximado de 13 mil usuarios con respecto a igual día del año pasado", explicaron desde la empresa. "Cabe destacar que ello se dio en un contexto excepcional del transporte público de superficie, que llevó a las personas a utilizar Metro", agregaron.

Son varios los factores que inciden en el retraso del tren los días de lluvia, entre los que se cuentan la reducción de la velocidad de los convoyes y el doble cierre de puertas que se produce cuando se obstaculizan los ingresos.

"En el caso de lluvias, nuestra empresa pone en marcha un programa de circulación de trenes a menor velocidad en aquellos tramos de las líneas que se encuentran en espacio abierto", como medida precautoria. Esto incluye algunos tramos de la Línea 2, 5, 4 y 4A.

Al retrasarse los trenes,  aumenta la cantidad de personas que esperan en los andenes, provocando atochamientos al momento del ingreso a los vagones. En ese contexto ocurre la doble apertura de puertas, es decir cuando un objeto o una persona impide cerrarlas completamente, obligando al conductor a tener que abrirlas nuevamente.

Una doble apertura de puertas puede generar un retraso aproximado de 30 a 40 segundos. Según Metro, en un día normal "se pueden producir en promedio 10 eventos de estas características en la hora punta mañana, lo que puede llegar a generar cerca de siete minutos de retraso en el horario de mayor congestión, a lo que se debe agregar el efecto en cadena para el resto de la red". En el caso de la hora punta de la tarde, el promedio se reduce a la mitad, es decir, tres minutos.

Según el experto en transportes de la UC, Juan Carlos Muñoz "el Metro tiene un muy buen nivel de servicio, en cuanto a tiempo de viaje, confiabilidad y frecuencia, pero su capacidad está al límite en períodos punta. Cuando la demanda aumenta o la oferta se cae un poco, la calidad del viaje se resiente mucho", dijo.

Los días de lluvia, personal de Metro realiza tareas de monitoreo de desagües y zócalos, señalización de zonas húmedas y ordenamiento del flujo de pasajeros.