El presidente ucraniano Petro Poroshenko anunció el miércoles que la mayoría de las tropas rusas se han retirado del  este de Ucrania, región a la que prometió una mayor autonomía, pese a que los insurgentes prorrusos siguen reivindicando la independencia.

"Según las últimas informaciones que he recibido de nuestros servicios de  inteligencia, el 70% de las fuerzas rusas se ha retirado", declaró el  presidente en consejo de ministros, según la página web de la presidencia.

La Unión Europea (UE) debe decidir hoy si aplica nuevas sanciones  económicas contra Rusia en función de la situación en la zona y de los  progresos en las conversaciones de paz desde la firma, el viernes pasado en  Minsk, de un "protocolo" de alto el fuego entre Kiev y los insurgentes.

La situación en el este de Ucrania "cambió radicalmente" desde que entró en  vigor la tregua, se congratuló por otro lado Poroshenko. 

"Antes del anuncio del alto el fuego, Ucrania perdía todos los días decenas  de vidas de sus héroes", destacó el presidente, un día después de una  conversación telefónica con su homólogo ruso Vladimir Putin confirmando su  decisión de encontrar una salida pacífica al conflicto.

Sin embargo, "Ucrania no hizo ninguna concesión sobre su integridad  territorial", declaró Poroshenko, aludiendo a la firma en Minsk de un documento  de 12 puntos que otorga sobre todo "un estatuto especial" a las regiones de  Donetsk y Luhansk, dos bastiones separatistas, para instaurar un "gobierno  autónomo provisorio" y la realización de elecciones locales anticipadas.

Poroshenko anunció que presentará al parlamento un proyecto de ley que  garantiza más autonomía al este, aunque precisó que cerraba la puerta a todas  las discusiones "sobre una federación o sobre cualquier tipo de separación" (de  las regiones del este).

SEPARATISTAS INSISTEN EN LA INDEPENDENCIA

Sin embargo, los separatistas prorrusos quieren la independencia de su  territorio y no desean permanecer dentro del país con mayores poderes, afirmó  poco después a la AFP un dirigente separatista.

"No prevemos seguir formando parte de Ucrania", dijo a la AFP Andrei  Purguin, vice primer ministro de la autoprocalmada República Popular de  Donetsk.

Por otra parte, Rusia, acusada de atizar el conflicto, el más grave desde  el fin de la Guerra Fría, continúa amenazando a Ucrania para que no adhiera a  la OTAN.

El gobierno ucraniano anunció a fines de agosto su deseo de reanudar el  proceso de ingreso a la Alianza Atlántica, interrumpido en 2010 por el régimen  prorruso del ex presidente Viktor Yanukovich. Esta organización dejó la puerta  abierta, siempre que Kiev realice "las reformas necesarias", "se adapte a las  normas de la OTAN" y "cumpla con todos los criterios".

Después de varios días de tensión sobre el terreno, comenzaba a reinar  cierta tranquilidad, sobre todo en los alrededores del estratégico puerto de  Mariupol. 

El portavoz de las operaciones militares ucranianas, Oleksi  Dimitrashkivski, señaló seis disparos de artillería de los insurgentes cerca  del aeropuerto de Donetsk. "Las fuerzas ucranianas respetan el alto el fuego",  destacó.