Sumido en una larga recesión de tres años y una alta tasa de desempleo (18%), el Gobierno portugués y la Jefatura de Estado han reforzado en el último año los vínculos políticos y comerciales con Latinoamérica con la meta de conseguir que las ventas lusas representen el 50% del PIB luso en 2015.

La visita a Portugal esta semana del presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, la quinta de un jefe de Estado latinoamericano en el último año, supone un nuevo paso a la estrategia lusa que persigue diversificar las exportaciones más allá de la anémica UE.

Según los datos enviados a Efe por la Agencia para la Inversión y Comercio Externo de Portugal (AICE), este pequeño país de apenas 10,5 millones de habitantes ha logrado doblar en cuatro años el valor de sus exportaciones hacia América Latina: de los 763 millones de euros del 2008 hasta los 1.514 millones en 2012 (3,34% del total de su ventas).

La diplomacia portuguesa ha insistido desde los últimos cuatro años -dos de ellos de signo socialista y otros dos conservadores- en la importancia de estrechar lazos con la comunidad latinoamericana tanto para facilitar la entrada de empresas portuguesas como para atraer inversiones.

América Latina como "prioridad" de la política exterior portuguesa es uno de los ejes asumidos por el Gabinete liderado por el primer ministro, Pedro Passos Coelho, quien confía en este mercado para superar una dura crisis agudizada por las condiciones que exige el rescate financiero al país.

Constructoras, firmas hoteleras, grupos de distribución alimentaria, compañías de energía convencionales y renovables, entre otras, pretenden abrirse camino en mercados emergentes con potencial de crecimiento robusto y continuo.

Automóviles, accesorios para tractores, cables eléctricos, productos de hierro o acero o parte para motores están considerados como productos especialmente exportables a Latinoamérica, un mercado aún poco explotado, según los especialistas.

Desde el pasado noviembre, Lisboa recibió la visita del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que sirvió para asentar los vínculos entre ambos países, cuyo flujo comercial creció considerablemente entre 2011 y 2012.

Las exportaciones a Colombia subieron el 50% (28 millones euros ) y las importaciones lusas de este país crecieron el 14,3 % (281 millones euros).

Ejemplo de las fluidas relaciones bilaterales es la implantación en Colombia del grupo de distribución Jerónimo Martins, una de las mayores compañías lusas que opera a través de los supermercados ARA.

Días después de Santos, el presidente peruano, Ollanta Humala, impulsó las adormecidas relaciones con Portugal al comprometerse en Lisboa a fomentar los intercambios y las inversiones bilaterales con la firma de siete acuerdos.

En junio de este año, fue el turno de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, continuista en las buenas relaciones iniciadas bilaterales durante el Gobierno del fallecido Hugo Chávez (1999-2012) y la administración socialista del portugués José Sócrates (2005-2011).

En su breve estancia, Rousseff refrendó su interés en promover el comercio bilateral con la antigua metrópolis, con la que comparte la lengua portuguesa, y las inversiones, que se han duplicado en el último decenio.

Para Portugal, Brasil se mantiene como líder el capítulo de ventas en Latinoamérica (583 millones euros) y el de compras (1.386 millones euros).

La visita de Maduro está considerada como la más prolífica. Se rubricaron 14 acuerdos de cooperación económica por valor de 5.000 millones de euros, uno de ellos para la construcción de una nueva autopista de acceso a Caracas a cargo de lusa Teixeira Duarte.

Venezuela ha doblado el números de compras a Portugal en el último año (313 millones euros), mientras que Lisboa aumentó sus importaciones de Venezuela de unos insignificantes 14 millones hasta los 164 millones de euros.

México, visitado a finales de junio por el número dos del Gobierno portugués, Paulo Portas, se sitúa como otro de los principales mercados lusos: las exportaciones en el 2012 llegaron a los casi 200 millones de euros y las importaciones en los 151 millones.