La buena noticia de la baja en la tasa de desempleo en Estados Unidos podría también ser una mala noticia para la Reserva Federal en momentos en que analiza cuándo empezar a reducir su paquete de estímulo monetario.
Si bien el desempleo declinó el mes pasado a 7,3%, el nivel más bajo desde diciembre de 2008, eso ocurrió debido a la contracción de la fuerza de trabajo y no porque más gente tenga empleo. La participación en la fuerza laboral –el porcentaje de personas en edad de trabajar que tienen empleo o lo están buscando- es la más baja en 35 años.
La menor fuerza de trabajo "le plantea un problema a la Fed", dijo Roberto Perli, un ex funcionario del banco central que en la actualidad es socio en Cornestone Macro LP en Washington.
"El índice de desempleo declina más rápido de lo que pensaba la Fed, pero no baja por el motivo adecuado", acotó.
El índice de desempleo es importante porque el presidente de la Fed, Ben Bernanke, lo considera la guía de la política monetaria. La autoridad ha dicho que estima que la Reserva Federal completará su programa de compra de activos a mediados del año próximo, cuando el desempleo sea de alrededor de 7%.
Si la inflación permanece bajo control, el banco central ha dicho que ni siquiera considerará elevar la tasa de interés referencial hasta que el desempleo caiga a 6,5%. La Fed redujo a cero su objetivo de tasa interbancaria en diciembre de 2008 y la ha mantenido en ese bajo nivel récord.
Una cuestión clave que enfrenta la autoridad es definir cuánto de la menor participación en la fuerza laboral es estructural y perdurable y cuánto es cíclico y temporal.
BONOS
Si el principal motivo de la declinación es demográfico –el retiro de los baby boomers-, entonces el índice de desempleo más bajo proporciona un panorama fiel de la situación en el mercado laboral. En cambio, si la contracción es producto de personas desalentadas que renuncian a buscar empleo, entonces el índice de desempleo no refleja la verdadera situación del mercado.
Ambas alternativas tienen implicaciones para los inversionistas en bonos. Un rápido pasaje del estímulo monetario a un recorte por parte de la Fed haría subir los rendimientos de los bonos del Tesoro. John Hermann, director de estrategia de tasas para los Estados Unidos de Mitsubishi UFJ Securities en Nueva York, pronostica que el rendimiento del pagaré del Tesoro a 10 años subirá a 3,25% para fin de este año conforme se fortalezca el mercado laboral.
Los economistas del banco central están divididos respecto de cuánto de la declinación de la fuerza laboral es estructural y, por lo tanto, no es probable que pueda revertirse.
En ese sentido, Geoffrey Tootel, vicepresidente y director de análisis del Banco de la Reserva Federal de Boston senetnció que "hay desacuerdos en el seno del sistema".