La ejecución de Troy Davis, programada para este miércoles, se ha postergado mientras sus abogados esperan una respuesta a su apelación ante la Corte Suprema de Estados Unidos, en una carrera contrarreloj por evitarla.

Los abogados de Davis, condenado a muerte por el asesinato de un policía en 1989, pidieron a la Corte Suprema de EEUU que suspenda su ejecución mediante inyección letal, que se debía haber realizado esta tarde en el estado de Georgia.

El caso de Davis, de 42 años y presentado por su defensa como el prototipo del negro condenado injustamente por la muerte de un blanco, ha reabierto el debate en torno a la pena de muerte en Estados Unidos y cientos de personas se han congregado a las afueras de la cárcel de Jackson, en Georgia, para pedir clemencia.

Por la conmutación de la máxima pena contra Davis han rogado desde el Papa Benedicto XVI hasta el ex presidente estadounidense Jimmy Carter, así como un millón de personas en todo el mundo en una campaña de firmas.