En las elecciones de noviembre de 2011 el Partido Popular español (PP) se consolidó como la primera fuerza política de España al obtener la mayoría absoluta en el Legislativo. Al arrebatarle de esta manera el poder al Partido Socialista Obrero Español (Psoe), la derecha española tendría que estar más unida que nunca.
Pero a poco más de dos años en el poder y pese a que el país comienza a exhibir los primeros signos de recuperación económica, luego de un quinquenio de constante crisis, el partido oficialista está debilitado internamente. El manejo del Ejecutivo del Presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, en relación al desafío independentista en Cataluña, su cuestionada estrategia antiterrorista para el fin definitivo de ETA y el alza de impuestos, entre otros temas, han provocado fracturas que están siendo lideradas por el ala más conservadora del PP. Incluso, algunas figuras de ese sector se retiraron del PP y formaron Vox, una nueva agrupación política.
En este contexto, el PP se encamina a su Convención Nacional, que este fin de semana tendrá lugar en la ciudad de Valladolid -una de las principales cunas de la derecha española- y cuyo objetivo principal es renovar el compromiso partidista con la sociedad. Si bien aquello se mantiene, todo indica que la unidad será un gran tema en las conversaciones, especialmente cuando figuras importantes del PP han hecho más evidente la crisis.
Esta semana, Alejo Vidal-Quadras, miembro de la Junta Directiva Nacional del partido y vicepresidente del Parlamento Europeo (PE), anunció que deja la colectividad para unirse al nuevo partido Vox. Horas después, el líder del PP en el Legislativo europeo y ex ministro del Interior (1996-2001), Jaime Mayor Oreja, renunció a encabezar la lista partidista para las elecciones para el PE del 25 de mayo próximo. Al día siguiente vendría el plantón más llamativo: el ex Presidente del gobierno español José María Aznar anunció que, al igual que Mayor Oreja, tampoco acudirá a la cita en Valladolid -su feudo político- debido a que estará en Filipinas. Podría haber cambiado su agenda, pero no lo hizo. Consultada sobre la ausencia de ambas figuras en la convención, la secretaria general del Partido Popular, Dolores de Cospedal, ha enfatizado que, "de ninguna manera", hay que considerarlas como una "ruptura" al interior de la agrupación política, según consignó la agencia Efe.
"Se trata de una guerra de familias que ya quedó patente en el congreso nacional que se celebró en Valencia en 2008. Por un lado, están los hombres de Aznar o próximos a él; y, por otro, están los hombres que han asumido un cargo de relevancia en el partido y en el gobierno con la llegada de Rajoy", explicó a La Tercera la analista política española y autora del libro El Partido Popular (1989-2004), Gema Sánchez Medero. Entre las estrategias desarrolladas por Rajoy para mantener la unidad está un proyecto que endurece la ley de aborto. Con ello, el gobernante está haciéndole un guiño "a un sector más conservador del partido y de los votantes del PP, que actualmente están disgustados por otras medidas que se están tomando desde el partido y el gobierno", agregó la experta.
A cuatro meses de las elecciones europeas, los populares tienen un 26,4% de intención de voto y el Psoe, un 28%, según un sondeo de Metroscopia.