"Ya nos abuenamos, aclaramos un par de dudas que habían surgido", dijo el candidato presidencial Alejandro Guillier tras una reunión -realizada en la cafetería del Congreso, en Valparaíso- con el senador PPD Guido Girardi, cita a la que se sumó posteriormente su par de bancada Ricardo Lagos Weber.
La frase hacía referencia a la tensión que se había instalado en las últimas horas entre el partido y el abanderado. Esto, luego que trascendiera la débil evaluación que hizo el lunes la comisión política del partido tras una intervención que efectuó el periodista ante los integrantes de esa instancia.
En concreto, los miembros resintieron la visión en materia educacional que entregó Guillier y que "no destacara mayormente" -según algunos de los presentes- la propuesta programática de Ricardo Lagos, que se le entregó ese día.
También generó inquietud lo que se consideró como "falta de gestos" del abanderado al partido.
Esos diagnósticos provocaron que el presidente del PPD, Gonzalo Navarrete, señalara el martes a El Mercurio que "en la comisión política quedaron algunas inquietudes respecto al tema de la ciudadanía y la política", generando un cuadro de incomodidad con el abanderado ad portas de que el consejo nacional del partido lo proclame este sábado como su candidato.
Todo esto provocó la molestia de Guillier, quien transmitió a personeros del PPD -según fuentes oficialistas- que esa actitud le generaba dudas de si la colectividad lo iba a apoyar o no, por lo que pidió explicaciones.
Bajo este escenario, al interior de la tienda surgieron dudas de si el senador asistiría al acto del sábado.
Así, fue Girardi el que, desde el partido, lideró una fuerte ofensiva para hacer un control de daños y contener la tensión previo a la actividad del sábado. Primero, se reunió en su oficina del Congreso, en privado, con el candidato, y después ambos sostuvieron un público encuentro en la cafetería junto a Lagos Weber.
Tras esas gestiones, Navarrete pudo conversar con Guillier, quien previamente no le había contestado el teléfono durante la mañana. Si bien el timonel le transmitió las inquietudes de la comisión política al abanderado, también explicitó que no está en duda el apoyo del PPD.
En paralelo, la mesa emitía una declaración pública planteando que "la propuesta programática" es "un proceso abierto y colaborativo". Esto, además de explicitar que "nuestro partido se desplegará con entusiasmo y convicción" en torno a Guillier.
Al margen de las tratativas, lo cierto es que los cuestionamientos de la comisión política dieron pie para que otros sectores del partido sinceraran algunas dudas y críticas que tienen frente a Guillier.
El martes, en un almuerzo con Navarrete, algunos diputados plantearon lo que consideran debilidades de la candidatura, en momentos en que se le ha solicitado a los legisladores ayuda para reunir las más de 33 mil firmas que necesita para inscribirse en la elección del 19 de noviembre.
"El PPD tiene un programa de gobierno que perfectamente se podría haber estudiado, que era del presidente Ricardo Lagos. Sin embargo, eso ha quedado en nada, y lo lamento muchísimo. En estos momentos si usted me pregunta si estoy dispuesto a ir a buscar firmas, creo que no", dijo el diputado Miguel Angel Alvarado.
Su par Ramón Farías, quien incluso evalúa restarse del acto de proclamación, señaló que "lo fundamental es el no contacto que el candidato ha tenido con los parlamentarios en general. Me siento lejano. No hay que olvidar que quienes van a conseguir las firmas son los militantes. Entonces, no podemos andar ninguneando al partido",
Tras el encuentro con los senadores PPD, Guillier dio por "superado" el impasse, pero tomó distancia de ciertos "códigos" políticos, como él los definió.
"Para ellos (los partidos) ha sido difícil tolerar a alguien que viene de afuera de la política, porque tienen otro códigos (…). Los rituales de la política en los palacios evidentemente es un arte que no domino y al que no me quiero acostumbrar tampoco, porque prefiero la política con los ciudadanos", advirtió.