Una tensa reunión de mesa hubo el lunes pasado en la sede del PPD, en calle Santo Domingo.
Varios miembros de la directiva dejaron entrever su molestia por lo que consideraron un excesivo protagonismo del senador electo Felipe Harboe en los nombramientos de autoridades del futuro gobierno de Michelle Bachelet. A la designación de su esposa, Katia Trusich, como subsecretaria de Economía, se sumó que todos los subsecretarios que militan en el PPD son cercanos al actual diputado.
Ese escenario había gatillado desde hace algunas semanas una serie de cuestionamientos públicos por parte de integrantes de la mesa, que también integra Harboe como vicepresidente. Esas críticas provenían de un movimiento mayor que se estaba generando internamente: el reordenamiento de las distintas facciones que conviven en la colectividad y el rompimiento de una especie de acuerdo de convivencia que iba a garantizarle paz a Bachelet, al menos en su primer año de mandato.
Varias fuentes del partido dicen que miembros relevantes del "laguismo", como Ricardo Lagos Weber, Carolina Tohá, María Antonieta Saa y el jefe de bancada, Marco Antonio Núñez, resintieron la excesiva influencia de Harboe -quien también forma parte de esa corriente- y la falta de un trabajo en conjunto con miras a las designaciones de las autoridades. Pero el escenario incubó una mayor molestia en el "girardismo", grupo que quedó prácticamente aislado en la dinámica de definiciones de futuras autoridades.
El escenario de conflicto terminó por anudar las relaciones internas, dejando en entredicho el plan trazado hasta ahora en el PPD, con miras a definir su futuro: consagrar la convivencia interna en un acuerdo de gobernabilidad que facilite la construcción de una lista de consenso que asegure la continuidad de su actual jefe partidario, Jaime Quintana. El diseño, empujado principalmente por el senador Guido Girardi, implicaba la postergación de toda discusión interna, incluso más allá del segundo semestre próximo, para así evitar el desvío de la atención que requiere el período de instalación del segundo gobierno de Bachelet. Si bien hasta ahora, tanto Harboe como Girardi, habían optado por construir un camino de convivencia, hoy, dicen fuentes en el PPD, no quedan rastros de opciones reales de acuerdos internos. De hecho, el senador por Santiago Poniente ha capitalizado cercanía con otra integrante del "laguismo" la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá. Así las cosas, se abrió un evidente escenario de competencia entre todas las facciones que obligará a un reacomodo de fuerzas. El tema volverá a ser tratado en la reunión de mesa de hoy, que se prevé igual de tensa que el de la semana pasada. De hecho, en la anterior cita, la colectividad fijó su próximo consejo nacional para el 12 de abril próximo, cuya tabla, si bien incluye una discusión sobre el rol del PPD en el gobierno de Bachelet, se determinó definir la fecha de las elecciones internas.
La efervescencia se instaló en el partido, sobre todo en sectores que no pertenecen ni al "laguismo", ni al "girardismo", entre ellos terceristas, quienes ya se estarían movilizando para empujar la competencia. Las conversaciones se han sucedido entre los sectores, y un grupo de dirigentes como Jorge Insunza (tercerismo), el secretario nacional, Gonzalo Navarrete, y el vicepresidente Alejandro Bahamondes, (ambos girardistas), ya han planteado la opción de rechazar una postergación de las internas y definir dicho camino antes de mayo próximo. Una carta que surge de este mundo es el vicepresidente, Pepe Auth, quien ha marcado distancia de su antiguo domicilio en el "girardismo" y ha optado por hacer alianza con Lagos Weber, entre otros.