Práctica de deportes extremos y el peligro de ser arriesgado
Gonzalo Fouillioux, de 13 años, protagonizó un accidente en canopy la semana recién pasada. Días antes, una joven de 18 cayó de su tabla de surf mientras participaba en un taller Cachagua.
Sentir adrenalina no siempre se logra al practicar deportes extremos. Por lo menos, así lo concibe Gonzalo Fouillioux, quien a sus 13 años vivió en carne propia los peligros y dificultades implícitos en este tipo de prácticas de alto riesgo.
"Aún estoy adolorido", cuenta Fouillioux a La Tercera a días de protagonizar un accidente mientras descendía en canopy en el complejo turístico Trancura, en Pucón. "Tengo una fractura en la pelvis, debo hacer reposo por un mes y medio y movilizarme sólo con muletas", explica.
Y recuerda sobre el incidente que dejó seis personas lesionadas: "Fue por falta de comunicación entre los encargados. El primer grupo se había quedado estancado, pero nosotros nos lanzamos igual".
"Ibamos a gran velocidad cuando chocamos", añade, mencionando que los gastos médicos fueron asumidos por la propia empresa de turismo, Trancura, -que ya registra dos accidentes graves durante los últimos dos años- y que están estudiando interponer una demanda contra los responsables.
El caso de Gonzalo Fouillioux ocurre dos días después del accidente que sufrió una joven de 18 años, mientras practicaba surf en Cachagua. En esa oportunidad, Francisca A.M perdió entre cuatro y cinco litros de sangre luego de que la quilla de su tabla le cortara la arteria femoral y el muslo. Debió ser trasladada en helicóptero a Santiago hasta la Clínica Las Condes, donde fue operada de urgencia.
Ambos episodios se enmarcan en el aumento de seguidores de este tipo de prácticas, que cada vez son más comunes, sobre todo, durante la época de vacaciones.
Así lo confirma Claudio Loader, Encargado Nacional de Unidad de Calidad de Sernatur, quien recalca que "existe un registro que demuestra el aumento -durante los últimos cinco años- de empresas que prestan un servicio de turismo aventura, especialmente en Pucón y Puerto Natales".
Y agrega que entre las regiones que más se ha experimentado un alza en este tipo de prácticas, figuran La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Magallanes.
Sobre las preferencias de los clientes, Loader asegura que "el trekking, las actividades de montaña, el rafting y el canopy son las favoritas", destacando que esta última es una de las más demandadas.
Con respecto a un cierto tipo de reglamentos que debieran cumplir este tipo de entidades, explica que "no existen en materia de seguridad". "Sí existen algunos organismos que velan por la responsabilidad de este tipo de deportes, como es el caso de la autoridad marítima, que revisa las embarcaciones que les competen", menciona.
"En el caso de actividades como el canopy, no necesariamente se cuenta con reglamentos específicos", afirma, agregando que debido "a la creciente demanda de esta disciplina, el Sernatur tomó cartas en el asunto para poder incorporarla dentro de la nueva Ley 20.423, sobre el Sistema Institucional para el desarrollo del Turismo", que implica el cumplimento de requisitos básicos de seguridad.
Y menciona que por estos días además existe un reglamento en trámites -cuya publicación está programa para el primer semestre de 2011- que exigirá el cumpliento de normas básicas para no arriesgar la integridad física de las personas.
Así, en 2013 "todas las empresas deberan registrarse y cumplir con estanadres minimos de seguridad", destaca, explicando que "las empresas de turismo aventura podrán además certificar el cumplimiento de la calidad de sus servicios -que es justamente lo que buscan los clientes- y que serán distinguidas a través del sello Q de Sernatur".
TURISTAS ARRIESGAN SU VIDA
A los incidentes protagonizados por Fouillioux y Francisca A.M, se suman el extravío de dos turistas argentinos en las aguas del lago O'Higgins, al extremo sur de la Undécima Región de Aysén, y a la muerte de dos extranjeros de nacionalidad francesa en el volcán Osorno.
Los primeros fueron encontrados por personal de Carabineros luego de estar a la deriva a bordo de un kayak y sin comunicación. Ambos remeros, expertos en deportes náuticos, sufrieron de hipotermia leve debido a la presencia de fuertes vientos y las frías aguas.
Los segundos, en tanto, cayeron a una grieta del macizo a pesar de haber sido advertidos de que las condiciones del terreno y del clima no eran aptas para hacer trekking ese día.
El 14 de enero pasado, en tanto, fueron rescatados tres jóvenes desde el cerro La Campana, quienes tras llegar a la cumbre, se extraviaron de la ruta quedando atrapados en la cima. Uno de ellos sufrió un ataque de pánico.
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