Mitt Romney, el favorito para quedarse con la nominación presidencial republicana, cedió a la presión de sus rivales para revelar su declaración de impuestos y reveló que paga una tasa fiscal más baja que la de muchos estadounidenses.
El mormón, que salió bien parado del debate del lunes entre un campo cada vez más reducido de aspirantes, se vio acorralado sobre el tema de revelar su declaración de impuestos. El candidato aseguró que publicará sus documentos de impuestos más recientes en abril, el mes en que todos los estadounidenses están obligados a presentar su declaración de impuestos ante el gobierno federal. "No hay nada en ella que sugiera que hay algún problema y estoy feliz de hacerlo", dijo
En las últimas ofreció un vistazo a su panorama personal de impuestos, al revelar que él paga una tasa de impuesto sobre la renta cercana al 15%, muy por debajo del 35% que se aplica a los ingresos más altos de la nación, debido que sus percepciones provienen principalmente de inversiones. El rendimiento de las inversiones, o ganancias de capital, es gravado en Estados Unidos con una tasa más baja que los salarios y otros ingresos.
Los candidatos en Estados Unidos no tienen la obligación de publicar sus declaraciones fiscales, pero lo hacen como gesto de buena fe para mostrar sus fuentes de ingresos y el porcentaje de éstos que pagan en concepto de impuestos.
Romney, quien anteriormente dirigió Bain Capital, una firma de capital de riesgo, ha enfatizado su visión para los negocios como una razón por la que cree que puede derrotar al presidente demócrata Barack Obama en las elecciones de noviembre. El mandatario luce vulnerable debido a la débil economía y el alto desempleo en Estados Unidos.
El ex gobernador de Massachusetts, también tiene motivos para preocuparse acerca de la percepción pública de que su riqueza le compra privilegios especiales, como la forma en que se calculan sus impuestos.
Romney lidera claramente las encuestas en Carolina del Sur, un estado conservador que tendrá su elección primaria el sábado, a pesar de la desconfianza o ambivalencia de los votantes republicanos que no están satisfechos con posiciones de Romney en el pasado sobre asuntos sociales como el aborto y los derechos de los homosexuales.
El ex gobernador de Massachusetts ganó este mes los dos primeros actos de la campaña, las asambleas partidarias de Iowa y las primarias de Nueva Hampshire.
Newt Gingrich, el expresidente de la Cámara, prácticamente admitió que una victoria de Romney en Carolina del Sur, la primera primaria en el sur del país, aseguraría su nominación como el candidato republicano. Es por eso que no se contiene a medida que se lanza al asalto contra Romney, con la esperanza de que un buen resultado en Carolina del Sur constituya un nuevo impulso a su candidatura a la Casa Blanca.