Desde diciembre de 2012, el ex vicario para la Solidaridad Cristián Precht vive en la Casa del Clero, que la Iglesia de Santiago mantiene en Santa Isabel y que es donde residen sacerdotes retirados.
El clérigo llegó hasta este lugar por orden del arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, quien fue mandatado por la Congregación para la Doctrina de la Fe para establecer las sanciones que recaerían sobre Precht. Esto, luego del fallo condenatorio emitido por el Vaticano, que confirmó la existencia de "conductas abusivas" hacia menores y mayores de edad por parte del presbítero.
Ayer y tras el anuncio de Precht de no apelar a la condena vaticana, Ezzati afirmó que el sacerdote continuará cumpliendo su condena en la casa de Santa Isabel.
"Eso quedó establecido en el decreto que firmé en diciembre", dijo Ezzati al respecto.
Fuentes cercanas al ex vicario sostuvieron que esa "es y seguirá siendo su residencia".
En diciembre de 2012 y a través de un decreto firmado la primera semana de diciembre, el arzobispo de Santiago estableció las sanciones para Precht. Estas consisten en la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal por cinco años, además de la imposibilidad de administrar el sacramento de la confesión y de dirigir espiritualmente a jóvenes y menores.
A través de un comunicado emitido el jueves, el ex vicario, junto con afirmar que no acudirá a la Santa Sede en segunda instancia, aseguró ser inocente de los cargos por los que fue condenado eclesiásticamente.
"He decidido no apelar ante la CDF (Congregación para la Doctrina de la Fe) y asumir con obediencia las sanciones impuestas por mi obispo", manifestó.
Junto con esto pidió disculpas, señalando que "si algún gesto mío ha podido, más allá de mi intención, agraviar o escandalizar a un hermano, le pido perdón y asumo la responsabilidad de expiar por mi imprudencia".
Fuentes cercanas al sacerdote aseguraron que no existiría una contradicción entre asegurar ser inocente y pedir disculpas. Esto, ya que el clérigo pudo haber cometido "gestos imprudentes", pero no "delitos", dicen estas fuentes.
Consultado sobre la determinación de Precht de no apelar, ayer, monseñor Ezzati afirmó que "eso era decisión de él (Precht)".
Fuentes eclesiásticas sostuvieron que este punto fue monitoreado de cerca por el arzobispo en las últimas semanas. Este, incluso, había adelantado que Precht, probablemente, no apelaría.