El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo hoy que el avión de pasajeros sirio que fue obligado a aterrizar en Ankara llevaba municiones de fabricación rusa destinadas al Ministerio de Defensa de Damasco, elevando la tensión entre ambos países.

"Eran municiones del equivalente ruso a nuestra Corporación de la Industria Mecánica y Química enviadas al ministerio de Defensa Sirio", dijo Erdogan en una conferencia de prensa en la capital Ankara, refiriéndose a la fábrica estatal que suministra armamento al Ejército turco.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia declinó realizar comentarios de inmediato, pero su agencia de exportaciones de armas había dicho anteriormente que no había elementos de su propiedad en la carga.

En tanto, la agencia Interfax informó que Yelena Kara-Sal, una funcionaria consular rusa, dijo que la carga incautada por las autoridades turcas no era de origen ruso. Ghaida Abdulatif, jefe de Syrian Arab Airlines, dijo a reporteros en Damasco que el avión transportaba equipamiento electrónico civil.

"Cuando el avión fue inspeccionado quedó claro que eran (...) paquetes civiles con equipos eléctricos que está permitido transportar y que habían sido registrados oficialmente", comentó.

El aterrizaje obligado fue otra señal de la creciente intensificación del conflicto, luego de que el jefe del Estado Mayor de Turquía advirtiera que sus tropas responderían con mayor fuerza si continúan los bombardeos desde Siria sobre territorio turco.

Turquía se ha convertido en uno de los más duros críticos del presidente Bashar Assad durante la revuelta de 19 meses que ya ha causado unos 30.000 muertos, además de darle asilo a oficiales rebeldes y pedir una zona segura protegida por fuerzas extranjeras dentro de Siria.

Rusia ha apoyado a Assad y una fuente de la industria armamentista dijo que Moscú no había interrumpido sus exportaciones de armamento hacia Damasco. Aviones militares escoltaron el Airbus A-320 con destino a Damasco que trasladaba unos 30 pasajeros hasta el aeropuerto de Ankara, luego de que Turquía recibiera información de inteligencia que le indicaba que la nave transportaba "cargamento no civil".

La cancillería turca dijo que se le dio al avión la opción de volver a Rusia cuando sobrevolaba el Mar Negro, pero que el piloto decidió continuar. "Este acto turco hostil y deplorable es una señal adicional de la política hostil del gobierno de Erdogan", dijo la cancillería siria en un comunicado, en el que acusó a Ankara de "refugiar terroristas" y permitirles infiltrarse en el país.

"BRUTALES MASACRES"
Turquía replicó que había actuado dentro de la ley internacional y que continuará deteniendo aviones civiles si es necesario. "Estamos decididos a controlar la transferencia de armas a un régimen que lleva a cabo tan brutales masacres contra civiles. Es inaceptable que ese tipo de transferencia se realice usando nuestro espacio aéreo", manifestó el ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu.

El avión y sus pasajeros finalmente recibieron autorización para continuar el viaje luego de que parte de la carga fuera requisada. Los funcionarios no brindaron detalles de lo confiscado, argumentando que se estaba realizando la investigación.

"Ejercimos nuestros derechos y los ejerceremos nuevamente mañana si es necesario", dijo a periodistas el ministro de Transporte turco, Binali Yildirim. Las autoridades turcas también instruyeron a los aviones de pasajeros de su bandera que no vuelen por el espacio aéreo sirio, manifestando que ya no es seguro.

Los rebeldes son fuertemente superados en armas por el gobierno de Siria, pero aún así logran combatir. El Presidente Assad ha asumido él mismo el comando de sus fuerzas, convencido de que puede prevalecer por la vía militar.

Las fuerzas armadas turcas reforzaron su presencia en los 900 kilómetros de frontera y han contraatacando en la última semana en respuesta a ataques provenientes del norte de Siria, donde las tropas de Assad combaten a insurgentes que controlan partes de su territorio.

Decenas de civiles sirios, muchos de ellos mujeres con niños llorando colgados de sus cuellos, cruzaron un estrecho río que marca la frontera con Turquía huyendo de los combates en Azmarin y pueblos aledaños.

A su vez, rebeldes atacaron una base del Ejército sirio cerca de la principal autopista del norte del país en un intento por consolidar su control sobre la ruta de abastecimiento hacia Aleppo, días después de capturar una localidad estratégica en el área, dijeron activistas.

En Damasco, dos grupos rebeldes islamistas reivindicaron un atentado con bombas contra un complejo de seguridad estatal en el centro de la capital.