Cree que no se lo van a dar. Cree que es una "locura". Pero lo convencieron: "Cuando el río suena... taco altos trae", dice. Con un pañuelo negro de estrellas blancas al cuello y otro rojo en la cabeza, Pedro Lemebel lanzó oficialmente el jueves pasado en la librería Metales Pesados su candidatura al Premio Nacional de Literatura. Entre los asistentes había músicos como Claudio Narea y Manuel García, escritores como Oscar Contardo y Héctor Hernández, y decenas de entusiastas lectores. Ultimo en subirse a la carrera, llegó metiendo más ruido que ninguno de sus contendores: "Loco afán al Premio Nac. de Literatura", dicen los lemas que ha pintado la Brigada Chacón en el centro de Santiago.
Menos controvertida que otras veces, la disputa 2014 ya está en tierra derecha: mañana el Ministerio de Educación cierra oficialmente las postulaciones, horas después de que el jurado tenga su primera reunión constitutiva: además del ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, ahí estará el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi; el ganador anterior del premio, Oscar Hahn; el poeta Pedro Lastra representando a la Academia Chilena de la Lengua y el rector de la Umce, Jaime Espinosa, en nombre del Consejo de Rectores. Fijarán la fecha del fallo, generalmente a fines de agosto, y se llevarán las carpetas con las postulaciones de, al menos, 10 escritores.
Esta vez serán sólo hombres. La única mujer que supuestamente iba a pelear el galardón este año, Diamela Eltit, pidió a sus cercanos que desistieran de presentarla. Así, la Escuela de Literatura de la Universidad Católica se quedó sin candidata. Tampoco la Universidad de Chile se la juega por nadie, pero entre sus académicos un nombre suena más fuerte: Antonio Skármeta (1940). "Su aparición en la narrativa chilena significó un verdadero quiebre y hoy es uno de nuestros autores a nivel internacional más respetados", dice el profesor Grínor Rojo, quien lo apoya.
Quien fuera el conductor del programa El Show de los Libros tiene el respaldo de la Universidad de Viña del Mar, de Magallanes y del Consejo Académico de la Umce. Sí, de la Umce, cuyo rector estará en el jurado. Además, en el ambiente literario el nombre de Skármeta suena como favorito. Y aunque al autor de La chica del trombón le parece "halagador" la idea, añade: "No creo que el jurado tome en consideración la opinión pública. Ellos juzgarán los méritos de los distintos candidatos y sus trayectorias".
Con varios premios en el cuerpo -desde la Medalla Goethe al Planeta España-, Skármeta sacudió la narrativa chilena en los 60 y la adaptación al cine y la ópera de Ardiente paciencia (como El cartero de Neruda) lo han llevado por el mundo. Tiene casi 50 años de trayectoria, lo mismo que Poli Délano que a sus 78 acaba de publicar la novela Afuera es de noche.
Presidente de la Sociedad de Escritores a fines de los 80, en su tercera postulación al Nacional Délano es patrocinado por la Universidad Central. A Jorge Guzmán (83), en tanto, lo presenta nuevamente Lom Editores, sello de gran puntería: promovió a los ganadores de 2006 y 2008, José Miguel Varas y Efraín Barquero, respectivamente. "Sería un honor recibirlo, pero yo no tengo redes", dijo el autor, un novelista respetado por la crítica que recién publicó el libro de cuentos Cuerpos.
Si es por redes, quizás Germán Marín tenga algunas. "Estoy acostumbrado a perder", le dijo, sin embargo, a La Tercera. Cronista de los escombros nacionales post Golpe de 1973, es postulado por editorial Alfaguara y cuenta con el respaldo de las Universidades Diego Portales, de Talca y de Concepción, y de escritores como Roberto Merino, Alberto Fuguet, Alvaro Bisama, Rafael Gumucio y el historiador Alfredo Jocelyn-Holt. Mientras se tejía esta presentación -la tercera de su carrera-, publicó la novela Tierra amarilla (FCE) y reeditó El Palacio de la risa (UDP).
Lemebel no tiene cartas de universidades chilenas, pero sí extranjeras: de Stanford, de Texas-Austin, y de Berkeley. Además de un cuaderno con 850 firmas de lectores. Ahí también está la de Alejandro Zambra. Promovido por editorial Planeta y la librería Metales Pesados, el autor de De perlas y cicatrices aún no sale del todo de un cáncer que lo dejó prácticamente sin voz. Ve en los libros de sus contendores "obras macizas" a contrapelo de la suya: "Mi aporte a la literatura son retazos, crónicas express a la rápida, porque todo lo publiqué, todo lo regalé a quien no podía comprar un libro, entonces en esta eyaculación precoz de la escritura se me fue la vida y nunca hice un gran libro. Quedaron estos despojos iletrados de una noche de fiesta".
El no es el único ex Yegua del Apocalipsis en carrera. Su compañero en las performances de los 80, Francisco Casas, también postula. Autor de libros como Yo yegua y Romance del arcano sin nombre, es presentado por editorial Chancacazo. Como él, hay otros autores. Patricio Manns, quien en paralelo a su carrera como músico ha publicado una docena de novelas, entre ellas El corazón a contraluz. Postula al premio de Música y al de Literatura. "Sería el reconocimiento a un trabajo consciente, comprometido, de avanzada", dice la Universidad de Playa Ancha, su patrocinador. Se añaden el incombustible bestseller escolar José Luis Rosasco (Francisca, yo te amo) postulado por la Corporación Cultural de Ñuñoa, comuna de la cual es concejal; Fernando Emmerich (81), autor de libros como La tirana del Tamarugal, y Francisco Rivas (73), autor de más 15 novelas, entre ellas El fabricante de ausencias.