La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, decidió destituir a la ingeniera Graça Foster al frente de la petrolera Petrobras, involucrada en un millonario escándalo de corrupción, aseguró hoy el diario Folha de Sao Paulo en su edición electrónica.
Según el informe, la inminente destitución se debe a que Foster admitió la semana pasada que cálculos internos de la empresa estimaron en 88.600 millones de reales (unos 32.800 millones de dólares) el monto de las pérdidas de la petrolera dejadas por la corrupción y por errores administrativos.
Esta cifra no fue incluida en el balance del tercer trimestre de 2014 divulgado la semana pasada por la empresa, pero pese a ello fue divulgada por la presidenta de la empresa, lo que, según la prensa brasileña, fue considerado como "inapropiado" por Rousseff.
"El nombre del sustituto de Graça (Foster) está en estudio por el gobierno", asegura el informe, que agrega que el flamante ministro de Hacienda, Joaquim Levy, viajó este lunes a Sao Paulo para buscar candidatos para comandar la petrolera en lugar de Foster, quien asumió el cargo en 2010.
El escándalo de corrupción en Petrobras está actualmente en investigación por la Justicia y por el Ministerio Público, que prometió dar a conocer en las próximas semanas los nombres de los políticos que habrían recibido fondos originados en los desvíos de recursos de la más importante empresa de Brasil.
Según la Fiscalía, entre 2004 y 2012 el tres por ciento del valor de los contratos firmados por Petrobras era desviado para pagar sobornos a funcionarios de la empresa y para financiar agrupaciones políticas, entre ellas el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y su principal socio, el centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
El escándalo afectó duramente a la petrolera, cuyas acciones se desplomaron en la Bolsa de Valores de Sao Paulo y que, en la semana pasada, vio rebajado su rating por la agencia calificadora de riesgo estadounidense Moody's.