Los secuestradores de los tres adolescentes israelíes cuyos cadáveres fueron descubiertos ayer en el distrito cisjordano de Hebrón abrieron fuego dentro del vehículo tras descubrir que uno de ellos había llamado a la Policía, revela el contenido de la conversación difundido hoy.
La grabación, publicada por los principales medios locales, expone los dramáticos momentos en los que Eyal Yifrah, una de las víctimas, llamó a las 22.25 del 12 de junio al número 100, teléfono de emergencia de la Policía, para informar de su secuestro.
"Me han secuestrado", dice en voz baja el adolescente en un escueto anuncio, mientras el policía al otro lado de la línea repite un templado "halo, halo" (hola, hola) para saber con quién hablaba.
La conversación es interrumpida inmediatamente por uno de los secuestradores que le ordena a los jóvenes, en un hebreo con acento árabe, "¡Baja la cabeza, baja la cabeza, baja la cabeza!", mientras de fondo se sigue oyendo al policía repitiendo: "halo, halo".
A los 15 segundos de la grabación se oyen al menos dos ráfagas de tiros, aunque se desconoce si fueron al aire o contra las víctimas.
Después de 18 días de búsqueda, los cadáveres fueron hallados tiroteados en un descampado, y los principales comentaristas y expertos sostienen que pudieron ser asesinados la misma noche de su desaparición porque sus captores considerasen que la llamada los había delatado.
Uno de ellos, consciente de que el teléfono está aún abierto, sube pronunciadamente el volumen de la radio del coche, sintonizada con la frecuencia de una emisora israelí y en la que se oye una entrevista a la política laborista Shely Yacimovich.
En un momento de la llamada, se oye un parco "¡Ay!" de uno de los jóvenes y a uno de los secuestradores decir "Trae eso, cógele el teléfono".
La breve grabación difundida, de menos de un minuto de duración, ha costado el puesto a cuatro responsables de la Policía por no darle el suficiente crédito y alertar inmediatamente a los servicios secretos.
El Ejército israelí comenzó la búsqueda de los tres con ocho horas de retraso, y después de que el padre de uno de ellos denunciara de madrugada la desaparición de su hijo.
Después de que una oficial de policía pidiera al joven identificarse, petición que no fue respondida, la Policía llamó varias veces a su teléfono, pero no hubo respuesta y creyeron que se trataba de una broma.
Los tres jóvenes reciben sepultura hoy en el cementerio de la ciudad de Modín en un multitudinario funeral en el que participan el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el jefe del Estado, Simón Peres.