El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, Estados Unidos, Reino Unido y Alemania reaccionaron hoy con preocupación por las condenas a muerte impuestas en total a 720 islamistas acusados de asesinato y de haber participado en protestas violentas en el mayor proceso multitudinario celebrado en Egipto.
"Fallos que claramente no satisfacen los estándares básicos de un proceso justo socavan la perspectiva de una estabilidad a largo plazo", indicó el secretario general de la ONU.
Por su parte el gobierno de Estados Unidos emitió un comunicado en el que declaró que "el veredicto de hoy, como el del mes pasado, desacata hasta los estándares más básicos de la justicia internacional".
En marzo un total de 529 islamistas fueron sentenciados a muerte, de esas condenas el juez confirmó hoy 37 y el resto, 492, fueron conmutadas por reclusión perpetua, según explica la agencia de noticias DPA.
El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, también solicitó que se "revisen" las condenas a muerte y que "garanticen los derechos humanos" en Egipto, ya que el país se opone a la pena de muerte "en cualquier circunstancia, por principios", según destaca la agencia de noticias EFE.
Alemania no se quedó ajena a la sentencia y el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, pidió que sean revocadas las condenas a muerte, que calificó como una "señal de absoluto menosprecio a lo que entendemos por principios del Estado de derecho".
El ministro alemán de Exteriores convocó al embajador de Egipto en Berlín y sostuvo que las autoridades egipcias se arriesgan a la desestabilización del país con este tipo de condenas.
Entre los sentenciados hoy por la corte egipcia se encuentra el máximo líder de los Hermanos Musulmanes, Mohammed Badie.