En 2016, la productora atacameña Yestay estrenó el cortometraje Hombre eléctrico. Un dato que fuera de contexto podría parecer sin una importancia particular; las productoras audiovisuales estrenan cortos de forma relativamente continua. Pero para Eduardo y Teresa Salinas, fundadores de Yestay, fue un paso fundamental en su crecimiento: se trataba del primer corto de ficción live-action (con personas de carne y hueso) que realizaban.

Radicada en Vallenar, la productora principalmente se ha hecho un lugar en la industria nacional a través de sus cortos y series animadas. Probablemente la más conocida es Cuenta la leyenda, que con capítulos que bordean los diez minutos aborda a través del terror y la fantasía distintos mitos nacionales. La serie se puede ver en la pantalla abierta a través de UCV, pero su gran éxito lo ha encontrado en internet: sus episodios acumulan, sin exagerar, alrededor de diez millones de reproducciones en Youtube.

Pero tras cimentar su éxito en el mundo animado, la firma busca dar el siguiente paso, con el salto a la pantalla grande. Y no será a través de lo que ha sido su fuerte, sino que seguirá la ruta de Hombre eléctrico -que en estos años ha sido premiado en festivales de Nueva York, París, España y SANFIC-, eligiendo el formato live-action para su primer largometraje. Uno que, continuando el foco que la productora ha mantenido en la mayoría de sus trabajos, el norte de Chile, y con una historia que marcó a esa zona a fines de los 90 y principios del nuevo milenio: los asesinatos del psicópata de Alto Hospicio.

"La idea que se nos presentó al principio era un thriller policial, pero a nosotros nos interesó hacer otra cosa: centrarlo en el drama social que este caso implicó, de la impotencia de las familias. Queríamos hacer una historia sobre la discriminación de género, la discriminación social y la discriminación geográfica: como que, fue un poco que no las buscaron porque eran mujeres, porque eran pobres y por vivir en una zona en medio del desierto", explica el productor Eduardo Salinas, agregando: "probablemente si cualquiera de esas variables hubiera sido distinta, la actitud tanto de las autoridades como la de la sociedad hubiera sido distinta".

"Es una película súper política. Para nosotros es muy importante que se considere como una película feminista, que sea una cinta muy crítica. Obviamente nos gustaría que la viera mucha gente, pero había que hacerse cargo de manera responsable del tema, y si eso significa que tenga que ser una película menos taquillera, será. Es como trabajamos", complementa la también productora Teresa Salinas. Para la película, que lleva por nombre Diablada, Yestay consiguió un elenco de jerarquía, encabezado por Catalina Saavedra y Daniel Candia (Matar a un hombre). La primera interpreta a una detective que los Salinas describen como, "siempre al límite, al bordo de la suspensión. Se para frente a la autoridad a pesar de trabajar para ellos". El reparto también lo integran Ana Reeves, Hugo Medina, Vilma Verdejo y María Olga Matte, mientras que Álvaro Muñoz, el mismo detrás de Hombre eléctrico, dirige.

Desde el desierto

Para Eduardo Salinas, Diablada es la oportunidad de "hablar de la forma de vida de esta gente; que se enfrentan a la adversidad y están en una constante lucha, no sólo contra el sistema, sino contra el lugar que viven", a lo que su hermana agrega; "En esta película se evidencia el centralismo que caracteriza a este país, y funciona en todos los niveles; no sólo con Santiago y el resto del país, sino que en regiones también se vive en relación con las capitales y las otras provincias. Si estas chicas hubieran desaparecido en Santiago, o incluso en Iquique en vez de Alto Hospicio, quizás habría sido distinto. Algo que nosotros hemos hecho en todo nuestro trabajo es criticar el centralismo. Permanecer como una productora regional ha sido súper difícil, pero lo hemos hecho por convicción".

En Yestay no sólo se han preocupado de retratar el norte de Chile, sino que también de hacerlo partícipe de los proyectos. La productora realiza tanto talleres como capacitaciones, para después incorporar a los habitantes de la zona a los trabajos de sus proyectos. "Tanto en Hombre eléctrico como en Diablada, hemos hecho capacitaciones para la gente del norte que tiene interés en el área audiovisual, pero no tienen los recursos para estudiar, y después los sumamos tanto a nuestros equipos técnicos como al elenco. En la película tenemos 15 actores profesionales, pero también un gran grupo de personajes interpretados por habitantes de la zona", dice Eduardo Salinas.

Diablada fue filmada en diciembre y ya se encuentra en proceso de montaje, buscando idealmente estrenar antes de que termine el año. Yestay también se encuentra montando un documental que también podría ver la luz en 2018, y recién cerraron un acuerdo con una fundación de Suiza para financiar su próximo corto live-action.