La comedia permanente a la que nos tiene acostumbrado Hollywood no para de sorprender. A la frenética marea de remakes, secuelas y precuelas de las películas más disímiles (desde el blockbuster de turno a una olvidada película), prácticamente todo es posible de reciclarse cuando las ideas faltan y el dinero sobra. Ahora es el turno de Dirty dancing.

Musical mediocre de hace dos décadas, el recuerdo de la cinta está marcado por un juvenil Patrick Swayze y sus dotes dancísticas. Nada más. Y la taquilla, claro, que en su momento sobrepasó los 200 millones de dólares.

Ahora, la productora Lionsgate ha informado que que tiene intención de hacer un remake del filme donde el guión será realizado por Julia Dahl, según informa la revista Production weekly (Niñera a la fuerza) y recogida por agencias.

Todavía no hay fecha para el comienzo del rodaje ni tampoco se sabe nada de quienes tomarán el relevo de Swayze y Jennifer Grey, la olvidad compañera de baile del ahora enfermo actor.

Estrenada en 1987, Dirty Dancing logró un rotundo éxito de taquilla en un momento en que los filmes musicales eran sinónimo de comercialidad (estaba el caso fresco de Flashdance y Footloose. Y como corresponde a la ocasión, la cinta dirigida por Emile Ardolino (Cambio de hábito) tuvo una canción que fue un enorme hit: The time of my life.

No es la primera vez que Hollywood intenta resucitar Dirty Dancing, ya que en 2004 se estrenó una segunda parte (Dirty Dancing: Havana Nights), con Diego Luna como un bailarín cubano en la dictadura de Batista, la que con un presupuesto de 25 millones de dólares solo logró recaudar 27 millones en taquilla convirtiéndose en un completo fracaso.