Todo transcurría normal en Requínoa. La selección chilena realizaba el entrenamiento matinal en su cuarta jornada en el Monasterio Celeste. Los jugadores seguían atentos las instrucciones. Sin embargo, el director técnico de la "Roja", Jorge Sampaoli, debió detener la práctica por algunos minutos.

¿La razón? El casildense se molestó con la presencia de un drone, por lo que ordenó parar el entrenamiento. Este sólo se reanudó cuando el aparato -perteneciente a un medio de comunicación- dejó de estar a la vista del cuerpo técnico y de los jugadores.

Al margen de aquello, los jugadores realizaron trabajos en el gimnasio del complejo deportivo de O'Higgins, y también trabajo con balón, poniendo el énfasis en el aspecto defensivo.

Fuera del Monasterio, llegaron cuatro candidatas a reina de la sub sede de Rancagua, quienes pretendían ingresar al reducto. Sin embargo, no pudieron hacerlo y debieron conformarse con llegar hasta la reja que está a 500 metros del acceso principal.