El Presidente de la Cámara de Diputados italiana, Gianfranco Fini, presentó una querella contra Vittorio Feltri, director del diario Il Giornale de Milán, propiedad de la familia Berlusconi, a través de su abogada, Giulia Bongiorno.
El editorial de ayer, firmado por Feltri, hablaba de una "estrategia de lento suicidio" por parte de Fini, criticaba su toma de posiciones en asuntos como la inmigración, la organización del partido o la actuación de los jueces.
También le advertía que si bien ahora los ojos están puestos en Berlusconi, por su implicación en escándalos con mujeres, un día le podía tocar a él.
Así, Feltri hacía alusión a un caso de prostitución en el que supuestamente se vieron implicados en el año 2000 algunos miembros del partido Alianza Nacional (AN), que por aquel entonces Fini lideraba.
Con todos estos elementos, parece probable que comience una nueva campaña de ataques cruzados entre Fini y Feltri, como ya sucedió con el caso "Avvenire".
En esa ocasión, la polémica llevó a la dimisión del director del "Avvenire", el diario de los obispos, Dino Boffo, sobre quien Feltri publicó su implicación en un caso de acoso a la esposa de un hombre con quien supuestamente mantenía una relación.
En el caso del delfín de Berlusconi, todavía se desconocen las consecuencias de los ataques, aunque Feltri se mantiene inamovible en su posición y hoy carga de nuevo contra el presidente de la Cámara de los Diputados.
En una entrevista que publica hoy el diario "La Stampa", Feltri tacha la decisión de Fini de anunciar su intención de interponer una querella de "mensaje mafioso".
Mientras, el diario "La Repubblica" señala que pese a que Berlusconi no se ha distanciado públicamente del último artículo de Feltri, sí envió a sus emisarios para hablar con Fini y asegurarle su desacuerdo con las palabras del rotativo.
Algo que, no obstante, parece no haber logrado calmar los ánimos, en medio de una situación que ha provocado que parte de los miembros del PDL que llegaron a la formación provenientes de Alianza Nacional cierren filas en torno a su líder, a la espera de que Berlusconi y Fini pongan fin a sus desavenencias.
Y mientras dura esa espera, Berlusconi ya ha recibido los primeros toques de atención, entre ellos, el del actual viceportavoz del PDL en la Cámara de los Diputados, Italo Bocchino, antes exponente de AN quien, con el apoyo de cincuenta diputados, ha pedido que se esclarezca el caso de los ataques a Fini, demostrando que el presidente de la Cámara Baja no está solo.
Lo que ya nadie duda es que las desavenencias entre ambos líderes son reales, como fue confirmado por el propio Fini la pasada semana tras el primer ataque de "il Giornale", al manifestar: "Los problemas políticos existen y es paradójico que Berlusconi los niegue".
De este modo, Fini contradecía las palabras pronunciadas poco antes por el primer ministro italiano en las que se distanciaba de las informaciones de "il Giornale" y en las que aseguraba que todo estaba bien entre ellos.
Fini y Berlusconi fusionaron sus respectivos partidos, Alianza Nacional y Forza Italia, el pasado mes de marzo, en una sola formación, el PDL.
Ambos ya se habían presentado en coalición y junto a la federalista Liga Norte y el Movimiento para la Autonomía (MPA) a las elecciones de abril de 2008, en las que vencieron por mayoría absoluta.
No obstante, desde la constitución como partido del PDL, no es la primera vez que se apunta a tensiones y a un distanciamiento entre ambos por las posiciones Fini en asuntos de inmigración o el testamento vital que han recibido buena acogida entre la izquierda.