La comunidad internacional coincide en que la decisión de China de dejar que se aprecie su moneda es un factor crucial para resolver los desequilibrios mundiales, si bien el presidente Hu Jintao alertó de que el proceso "llevará tiempo".
El mandatario chino se dirigió hoy al plenario del G20 con un mensaje claro, de que los cambios no ocurren de inmediato, sino que necesitan su tiempo.
Hu no se refirió en ningún momento a la cotización de su moneda, un tema que los negociadores chinos han presionado para que no aparezca en la agenda del G20, aun cuando la comunidad internacional, con EEUU a la cabeza, se han quejado durante meses de su excesiva depreciación.
En los últimos meses, el Congreso de EEUU ha pedido al Gobierno de Barack Obama que presione a China para que deje fluctuar libremente el yuan, al que consideran artificialmente depreciado, lo que favorece las exportaciones chinas y daña a las estadounidenses.
En un intento de restar tensión de cara al G20, China anunció hace una semana que iba a permitir la apreciación del yuan. En los días posteriores, la revalorización no fue excesiva, sólo un 0,5%, pero permitió calmar las quejas de los mercados.
El tema ha seguido flotando en el ambiente de la cumbre del G20, hasta el punto de que el borrador de la declaración final incluye una mención a la decisión de China, que los países celebran porque permitirá al gigante asiático depender más de la demanda interna y menos de las exportaciones.
No obstante, los diplomáticos chinos han estado presionando hasta el último momento para que se retire esta mención, con el argumento de que las quejas estadounidenses no deben formar parte del foro de discusión mundial.
En su discurso ante el plenario, Hu omitió cualquier referencia a la 'relativa' apreciación del yuan en los últimos días, pero dio a entender que, de momento, es todo lo que va a ocurrir.
"Llevará mucho tiempo y un proceso complejo lograr un crecimiento económico mundial más sostenible y equilibrado. No ocurrirá de la noche al día", apuntó.
Añadió: "Debemos seguir presionando para lograrlo, pero siempre respetando las circunstancias específicas y diferentes de cada país".
Dejó claro, además, que una excesiva volatilidad de las divisas internacionales puede provocar riesgos para la economía mundial.