El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció hoy que ordenó la militarización de Bogotá para garantizar la seguridad ciudadana, tras los disturbios del jueves que dejaron dos muertos, más de un centenar de heridos y daños a locales comerciales en la capital.
Marchas callejeras convocadas en Bogotá y otras ciudades colombianas, en apoyo a una huelga agropecuaria, derivaron en los hechos violentos que denuncia el mandatario.
"Ayer mismo, anoche ordené la militarización de Bogotá y así lo haré a partir de hoy en cualquier municipio o en cualquier zona donde sea necesaria la presencia de nuestros soldados", manifestó el presidente en una alocución desde le Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.
El mandatario dijo además que la madrugada del viernes ordenó que 50.000 hombres de las Fuerzas Militares se encarguen con la Policía de ayudar a mantener la movilidad en las carreteras del país que están bloqueadas por los campesinos desde que comenzó la huelga agropecuaria, el pasado 19 de agosto.
Igualmente dispuso que "todos los aviones de transporte de la Fuerza Aérea" sean utilizados en puentes aéreos "que garanticen el abastecimiento de alimentos en ciudades", así como caravanas encabezadas por la fuerza pública para garantizar la salida y entrada de productos de los campos a los centros urbanos.
Sobre los disturbios del jueves en Bogotá y otras ciudades, que dejaron dos muertos, más de un centenar de heridos en la capital y cuantiosos daños a comercios, empresas y bienes públicos, el presidente aseguró que habrá mano dura con los promotores de los desórdenes.
"Con los vándalos no habrá ninguna contemplación", manifestó el mandatario.
Según Santos, la Policía tiene imágenes de muchos de los instigadores de los desórdenes, pero pidió a la ciudadanía que aporte todo el material gráfico o audiovisual que tenga de los disturbios en el país para identificarlos a todos y castigarlos.
"Estos actos nos indignan y nos duelen a todos los colombianos", manifestó enfático el jefe de Estado, quien denunció que "infortunadamente muchas de estas manifestaciones están infiltradas por vándalos que quieren causar daño".
El presidente consideró "inaceptable, inaceptable" que las acciones violentas de algunos "afecten de manera grave la vida de la mayoría".
Además, ordenó hoy la retirada de los ministros que negocian desde hace cuatro días en Tunja con líderes campesinos el fin de la huelga del sector agropecuario ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo y denunció intereses oscuros en las protestas.
"La paciencia se agota", dijo el presidente y agregó que después de otra noche de negociaciones infructuosas, "le he pedido a nuestros ministros que regresen a Bogotá y dejen nuestras propuestas sobre la mesa a los campesinos".