La guerrilla está "debilitada" y "un poco desesperada", aunque todavía no ha sido derrotada, es el diagnóstico del Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien finaliza hoy una visita oficial de dos días a nuestro país.
Hoy habló en una actividad realizada en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), donde indicó que la seguridad pública sigue siendo un "problema".
El gobernante colombiano consideró que la resolución del conflicto armado ha avanzado lo suficiente como para destrabar la agenda política, pero se debe llegar al cese completo de la violencia. "Tenemos que estar encima hasta tener una paz completa. No vamos a cesar en ese esfuerzo", apuntó Santos.
En su discurso, Santos retrocedió en el tiempo hasta fines de los años noventa, cuando el conflicto interno en Colombia afectaba la "gobernabilidad y la capacidad del Estado para cumplir con sus obligaciones".
Entonces, dijo Santos, se inició el Plan Colombia, financiado por el gobierno de Estados Unidos para colaborar conjuntamente en materia de seguridad y narcotráfico, y más tarde, con la llegada al poder del ex Presidente Alvaro Uribe (2002-2010), la política de seguridad democrática.
Santos, quien en la última Administración de Uribe fue ministro de Defensa, alabó la política impulsada por el ex mandatario y consideró que permitió ofrecer seguridad "para todos" respetando la Constitución y los derechos humanos.
El presidente colombiano explicó que en 2002, cuando Uribe llegó al poder, los alcaldes de 400 de los cerca de 1.100 municipios colombianos no podían trabajar en sus pueblos debido a la inseguridad. Hoy en día, indicó, todos los alcaldes pueden trabajar en sus municipios gracias a los pactos para desmovilizar a grupos paramilitares y a la lucha contra la guerrilla.
Santos sostuvo que la mejora de la condiciones de seguridad en Colombia permitieron, a su vez, recuperar la economía y atraer inversión extranjera. "Cambió la percepción internacional del país", reconoció el mandatario.