El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ratificó hoy que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) puede visitar su país cuando lo desee para investigar la situación de la libertad de expresión, pero remarcó que no hay razones para enviar una carta de invitación a ese organismo.

La semana pasada varios periodistas acudieron a la sede de la CIDH, en Washington, para acusar al Gobierno de "estigmatización" y ataques "sistemáticos" a la prensa.

Hicieron referencia al caso de Emilio Palacio, un ex editorialista del diario El Universo, y a tres directivos del rotativo condenados a tres años de cárcel y a pagar US$ 40 millones de indemnización, por una demanda de supuestas injurias calumniosas interpuesta por el mandatario.

Ese caso se encuentra en la Corte Nacional de Justicia de Ecuador pero hay también otra demanda de Correa contra los periodistas Juan Carlos Calderón y Cristian Zurita, quienes en un libro advirtieron supuestas irregularidades en contratos del Estado entregados a empresas de Fabricio Correa, hermano del gobernante.

Correa, en ambos casos, ha pedido a los imputados que acepten que mintieron y que si lo hacen anulará las demandas, aunque los acusados insisten en que la actitud del mandatario refleja la supuesta intolerancia a opiniones críticas a su gestión.

"Es tan sólo el poder de unos cuantos pelucones (poderosos). En este país han habido 12.000 juicios por injuria, yo tengo juicios por injuria", admitió Correa.

"¿Cuándo fueron (los periodistas) a la CIDH, cuándo reclamaron mi derecho a la libertad de expresión?", se preguntó el mandatario y señaló que la polémica se debe a que ha tocado los intereses de "los poderosos e intocables".