La Federación Rusa había firmado con el técnico italiano de 68 años, Fabio Capello, un contratocon un salario estimado en 7 millones de euros, lo que le convertía en el seleccionador mejor pagado del mundo.
Pero la Federación reveló en noviembre que no podía pagar su salario desde hacía unos meses, admitiendo "simplemente no tener dinero", debido a una falta de fuentes de financiación.
La Agencia rusa de trabajo había entonces exigido que pague al seleccionador antes del lunes unos 600 millones de rublos (7,9 millones de euros), impuestos incluidos, lo que no ha hecho.
El presidente de la federación, Nikolai Tolstikh, que ya recibió multas por el impago del salario de Capello, corre el riesgo de ser apartado de su puesto y excluido de la esfera futbolística por un período de tres años.
Fabio Capello, que lleva en el cargo desde 2012 y que debe seguir hasta el Mundial de fútbol de 2018, expresó sus ganas de romper el contrato.
"No he sido pagado conforme al contrato desde hace meses. Estoy llegando al límite", declaró, citado por el sitio internet ruso Sportbox.ru.
Si el contrato se rompe, la federación rusa podría verse obligada a pagar hasta 25 millones de euros.
"Hacemos todos los esfuerzos para borrar nuestra deuda con Capello. Utilizaremos cualquier fuente oficial de financiación para cumplir el contrato", aseguró Tolstikh a la prensa la semana pasada.
La debacle de la Federación Rusa es particularmente embarazosa para un país que se prepara para albergar el Mundial-2018 con un costo estimado en 12.400 millones de euros, de los que la mitad deben provenir de inversiones privadas.
La fecha límite del lunes para pagar a Capello coincide además con la visita a Moscú del presidente de la UEFA, Michel Platini. La confederación europea indicó que esta visita no estaba relacionada con el caso Capello.