Militantes islamistas del grupo somalí Al Shabaab mataron el martes a 36 trabajadores no musulmanes en una cantera del noreste de Kenia, obligando al presidente a cambiar a los máximos responsables de seguridad del país para enfrentar la interminable ola de violencia.
Los kenianos están mostrándose cada vez más críticos con Uhuru Kenyatta y su gobierno por no hacer más para defender al país ante los incesantes ataques militantes, en los que han muerto unas 200 personas desde 2013.
Al Shabaab se ha atribuido la autoría de la mayoría de las matanzas y aseguró que mantendrá la violencia para presionar a Kenia para que retire sus tropas de la vecina Somalia.
El martes, un grupo de hombres armados se acercó sigilosamente hasta las tiendas de campaña en que dormían decenas de trabajadores, según contó un residente.
El ataque fue en la misma zona junto a la frontera somalí en la que secuestraron un autobús y asesinaron a 28 pasajeros hace una semana.
"La milicia separó a los musulmanes, luego ordenó a los no musulmanes que se tendieran, disparándoles luego en la cabeza a corta distancia", dijo Hasan Duba, un anciano de una aldea cercana.
Un testigo dijo que al menos dos de las víctimas fueron decapitadas.
, en el que murieron 67 personas, así como por la violencia subsiguiente, la presión pública se ha estado incrementando sobre Kenyatta para que releve al jefe de la Policía,
David Kimaiyo (en la foto de abajo)
, y al ministro del Interior,
Joseph ole Lenku.
En un discurso ante la nación, Kenyatta anunció que
aceptó la renuncia de Kimaiyo (en la foto de abajo) y nominó a un nuevo ministro del Interior, Joseph Nkaissery
, un general de división retirado, instando al Parlamento a aprobar rápidamente su elección.
Asimismo, pidió a sus rivales, que han criticado su manejo de la política de seguridad del país, que se unan al combate contra los militantes. "Nuestras peleas solo alientan al enemigo", dijo.
Al igual que en pasados ataques, militantes de Al Shabaab dijeron que estaban castigando a Kenia por enviar soldados a sumarse al contingente africano que combate a los islamistas en Somalia. En un comunicado, cifró los muertos del martes en 40 personas y los llamó "cruzados keniatas".
El Gobierno de Kenia y un testigo confirmaron que murieron 36 personas. Agregó, además, que los sobrevivientes habían cifrado en 20 el número de agresores atacados en la cantera, ubicada a unos 15 kilómetros de la localidad de Mandera.