El presidente y director ejecutivo de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, deberá responder a la justicia alemana por un supuesto soborno sobre un ejecutivo del banco BayernLB durante el proceso de venta de la participación que tenía la entidad en el negocio de la máxima categorìa de automovilismo.
El patrón del F1 habría pagado 44 millones de dólares a Gerhard Gribkowsky con el fin de conseguir que el banco público vendiera su parte de la lucrativa organización a un comprador próximo al británico.
Desde mediados del 2012, Gribkowsky cumple una condena de ocho años por evasión fiscal y corrupción, y específicamente por haber ocultado al fisco 35 millones de euros en paraísos fiscales y en una fundación fraudulenta.
La misma fiscalía de Munich ahora aputna a procesar a Ecclestone, de 82 años, por lo que arriesga una pena de hasta diez años.
"Es una pena lo que ha pasado. Si alguien quiere demandarte puede hacerlo y te tienes que defender", declaró el magnate al diario Financial Times, al reconocer que la noticia no lo sorprendió y que sus abogados defenderán su presunta inocencia.
Además, descartó la posibilidad de dimitir a su cargo a raiz del juicio. "Haré todo lo que siempre he hecho: seguir trabajando y haciendo mi trabajo. Para mí esto no cambia nada", finalizó.