En momentos en que las protestas masivas y los disturbios se suceden en Siria, el gabinete en pleno del régimen de Bashar Assad dimitió, lo cual fue aceptado por el Presidente.
Assad, cuya familia gobierna Siria desde hace 40 años y siempre ha reprimido implacablemente a aquellos que piensas distintos, está tratando de calmar la furia creciente con una serie de concesiones y anuncios de reforma.
Se prevé que hable a la nación en las próximas horas para anunciar la derogación de la ley de emergencia y otras restricciones sobre las libertades cívicas y políticas.
La violencia ha puesto de relieve las tensiones religiosas por primera vez en varias décadas. El tema es tabú en un país de mayoría sunita gobernada por la minoría alawita, una rama del chiísmo. La mayoría de las posiciones de poder, incluida la presidencia, está en manos de los alawitas.
Sin embargo, la libertad económica y la prosperidad creciente le han granjeado a Assad el apoyo de la rica clase mercantil sunita. De hecho muchos manifestantes hicieron hincapié hoy en la unidad nacional.
"El sectarismo religioso nunca fue un problema, esto es una conspiración contra Siria", dijo Jinane Adra, una siria de 36 años que viajó desde Arabia Saudíita para expresar su apoyo al presidente.
"El pueblo sirio es uno solo, no hay lugar para las divisiones religiosas entre nosotros", dijo, acompañada por sus hijos de tres y cinco años que portaban rosas y retratos de Assad.
Presidente desde hace 11 años, cuando sucedió a su padre Hafez, Assad oscila entre la represión y las concesiones frente a las protestas que comenzaron el 18 de marzo y se extendieron a otras zonas.
El malestar tendría consecuencias mucho más allá de las fronteras de este país estratégicamente situado, dado su papel como principal aliado árabe de Irán y combatiente de vanguardia contra Israel.
Estados Unidos lo considera un factor de desestabilización regional. Damasco es aliado de la milicia libanesa Jezbolá y refugio de alas extremistas palestinas.
Sin embargo, el país ha tratado de superar el aislamiento internacional. Washington adoptó recientemente una posición conciliadora hacia Siria para tratar de alejarla de Irán, Jezbolá y Hamas, aunque con escasos resultados.