El Presidente del Consejo Nacional de Transición libio, Mustafa Abdel Jalil, afirmó hoy en la reunión de alto nivel en la ONU sobre el futuro de su país que el levantamiento contra Muammar Gaddafi costó 25 mil vidas.
"Hemos perdido 25 mil mártires y hemos sufrido el doble de heridos", dijo Jalil, en una reunión del grupo de países amigos de Libia, presidida por el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y en la que participó el Presidente de EEUU, Barack Obama, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, el canciller británico, William Hague, entre otros,
Jalil agradeció a la ONU y los países aliados por su ayuda contra el régimen del coronel Gaddafi. Esa ayuda, indicó, "ha sido crucial" para encarar la tremenda superioridad de las fuerzas que el coronel ha dirigido contra su pueblo.
En su declaración, Abdel Jalil dijo que el CNT está comprometido con respetar los principios democráticos y aseguró que los dirigentes del antiguo régimen detenidos recibirán un juicio justo. El líder de los rebeldes desató numerosos aplausos entre los presentes cuando entregó a la ONU la nueva bandera libia. Posteriormente el organismo lo reconoció oficialmente como jefe de Estado del país norteafricano.
Por su parte, el secretario general de la ONU aseguró, al recibir la nueva bandera, que quedó colocada junto a la de Naciones Unidas, que "para Libia, éste es un día histórico". En la misma reunión, Obama expresó su apoyo al pueblo libio en el proceso de transición hacia la democracia y aseguró que el futuro de ese país "está en manos de su pueblo".
A su vez, Sarkozy, exigió hoy a la comunidad internacional una actuación más dura contra los regímenes no democráticos. "Hemos tolerado a los dictadores durante demasiado tiempo", dijo en el encuentro. "Todos los dictadores del mundo deben saber que la comunidad internacional actuará". "No debe haber una nueva Camboya o Ruanda", dijo en referencia a los regímenes de los Jeremes Rojos o la masacre de los tutsi. Occidente no ha querido actuar durante mucho tiempo, apuntó. "Teníamos miedo y el miedo no es un buen consejero. Europa del Este nos mostró que todo régimen puede ser vencido".