El funcionario de mayor rango de la Unión Europea viajará a China la próxima semana para discutir la crisis fiscal que vive la zona euro, además de temas comerciales, cortejando a un comprador clave de deuda de los países periféricos del área monetaria.
Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo -que representa a los 27 estados de la UE- visitará Pekín, Chengdu y Shanghái entre el 15 y el 18 de mayo y mantendrá reuniones con
el presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao, entre otras autoridades.
La visita, a instancias de una invitación china, coincide con el deterioro de la crisis deuda europea tras aumento de los temores de que Grecia pueda ser forzada a reestructurar su deuda.
China afirmó el mes pasado que está lista para comprar más deuda de los países más débiles de la UE, denominados como la periferia, en un intento para ayudar a la estabilidad del bloque. No hay cifras precisas, pero China asegura haber comprado miles de millones de euros en deuda.
"Desde el lado Chino, están pidiendo más información sobre la crisis de la zona euro y sobre cómo se están desarrollando las cosas", dijo un portavoz de Van Rompuy con respecto a la visita.
"Ellos están invirtiendo mucho en el euro y en los países periféricos, así que están muy interesados en eso. Están interesados en lo que hemos hecho y en cuál es nuestra visión", agregó.
Desde el punto de vista de China, es probable que quiera garantías con respecto a que sus inversiones sean sólidas y a que la posibilidad de que la deuda sea reestructurada, provocando una pérdida de los valores, sea baja.
Van Rompuy también abordaría el tema de Grecia, donde el plan de privatizaciones es un pilar central del programa acordado con el FMI y la UE. Atenas necesita recaudar cerca de 50.000 millones de euros vía privatizaciones en los próximos tres años, pero antes debe encontrar compradores viables para los activos que saldrán a la venta.
Además de los temas relativos a la deuda, se espera que Van Rompuy enfoque sus discusiones en temas de negocios, comercio e inversión. La Unión Europa está subiendo una serie de aranceles
a las importaciones de China, lo que desataría represalias comerciales por parte de Pekín.
Desde el punto de vista de la Unión Europea, China tiene todavía cosas por hacer para mejorar el clima laboral y de inversión. La UE quiere además garantías con respecto a los derechos de propiedad intelectual y al combate a la piratería, particularmente en productos farmacéuticos.
El comercio de bienes entre la UE y China alcanzó los 400.000 millones de euros (US$564.000 millones) el año pasado, un alza de un 30% con respecto al 2009.