Han pasado casi 46 años desde que el entonces presidente Allende comprometió una tarea casi imposible: a menos de un año de la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo (UNCTAD) encomendó construir un edificio que albergara a las delegaciones internacionales. Así, durante 272 días, en una gesta que adquirió un carácter épico, los arquitectos y obreros trabajaron a toda máquina en turnos de más de 12 horas para cumplir la meta y mostrar al mundo la calidad del trabajo nacional. Finalmente, la hazaña se cumplió y en abril de 1972 se inauguró el edificio más moderno del país.
Hoy convertido en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), ese edificio espera dar un salto parecido: la segunda parte del proyecto que albergará la Gran Sala, un espacio para espectáculos con capacidad para 2.500 personas, una tecnología de luces y sonido inédita en el país, además de una inversión de más de $ 41 mil millones. Pero la espera se ha alargado más de lo esperado. El presidente del directorio del GAM, Ramón López, explica que las fechas que se habían proyectado no se cumplirán y que recién a mediados de 2018 podrá abrirse el nuevo edificio: "Más vale que estén bien terminadas las cosas y bien hechas, que meterle apuro y que después haya que desarmar y hacer de nuevo. La buena factura es nuestra principal preocupación", afirma.
López, arquitecto, diseñador teatral y ex decano de la Facultad de Artes de la UC, proyecta que este espacio será clave en el desarrollo cultural nacional y permitirá "crear escuela" dentro del medio.
¿Cuáles son los plazos que ustedes manejan para iniciar las operaciones de la etapa II del GAM?
Estamos a la espera de que nos informen del cierre de etapas de construcción, pero sabemos que hay un desfase de fechas. Tenemos la sensación de que tendría que producirse dentro del primer semestre del próximo año. Hay un desfase de algunos meses. Pero en una obra de esta magnitud, de esta escala, de esta complejidad, no me parece tan determinante para lo que significa finalmente el resultado. Otro aspecto interesante es que la obra está financiada. No tenemos vacíos económicos.
¿A qué se deben específicamente los retrasos?
Esta dilatación ocurrió quizás por un exceso de optimismo en la planificación. Hubo un entusiasmo de todos, de todas las partes. Todos querían que se inaugurara dentro de un plazo, pero a medida que se ha ido avanzando aparecieron circunstancias. Por ejemplo, en el 2016 tuvimos una inundación. Se salió el río, se metió el agua por una matriz. Eso demoró un mes en que se sacara el agua. Entonces tuvimos un mes ahí, otro mes acá y eso empujó algunas fechas
¿La apertura podrá ser en marzo, antes del fin del actual gobierno?
No. Queremos ser realistas. Lo ideal hubiera sido que fuera inaugurado por la Presidenta ahora, pero independientemente de que eso no sea posible, la tarea está hecha. Ella puede sentirse satisfecha. Además este proyecto no es de un gobierno específico, es un beneficio para el país y es un centro que va a convocar manifestaciones artísticas no solo de Santiago sino de todas las regiones.
La inauguración no sería antes del segundo semestre entonces...
Claro. Nadie ha dicho nada todavía, pero estamos con los pies en la tierra y pensamos que no antes de mediados de 2018 se abrirá la Gran Sala.
¿Qué pasará entonces con la programación de obras y conciertos?
Eso se prepara con mucha anticipación, las agendas de los artistas tanto nacionales como internacionales no se ven a un plazo de dos o tres meses. Yo te diría que nosotros vamos a poder ir amarrando una programación de prueba, con contingente de marcha blanca, ya para el segundo semestre del 2018 y con más seguridad para el 2019.
¿Cuáles son las principales características de este nuevo edificio que lo hacen tan especial?
Es una sala con capacidad para más de dos mil personas y lo que es interesante es que tú puedes modificar la platea baja, que se guarda, se va para abajo como los ascensores. Entonces podemos crear lo que se llama 'la cancha', que puede servir para un recital de música popular, más parecido a un estadio. Tenemos una explanada de más de 40 metros, donde puede haber más de mil personas paradas bailando y cantando. Y eso se conecta con una plaza interior que va a ser bien espectacular porque tendrá una escultura aérea. Además hay un sistema de apoyo acústico del mejor nivel mundial, puede haber conciertos rock y música sinfónica. No es un sala que tenga un propósito único.
¿Cuál cree que será el impacto de la apertura de la Gran Sala?
Va a ser un lugar privilegiado. Esta sala va a tener un rol a nivel latinoamericano, que no tiene ninguna otra sala. Va a ser de las mejores de Sudamérica y Centroamérica. No tengo información de que estén haciendo otra de este nivel, de esta dimensión y de esta tecnología. Yo creo que va a ser un hito a nivel latinoamericano por mucho tiempo.
En este sentido, ¿cómo proyecta el rol del GAM a nivel país?
Con este nuevo complejo y la nueva reorganización de todo el GAM, este puede ser un centro de estimulación y capacitación no solamente en la gestión sino también en la tecnología. Aquí se puede hacer escuela para capacitar en las regiones, la gente va a poder hacer pasantías de una semana, de tres semanas, una práctica. Por ejemplo, no sé, un teatro en Chiloé, donde no tengan experiencia, podrían venir y aprender desde temas técnicos hasta de comunicación. Incluso podría hacerse con países vecinos, Que se convierta en un centro formativo, nos sobra infraestructura ¿por qué no capacitar gente?