El Presidente de Egipto, Mohamed Morsi, dijo hoy en un discurso que no quiere recurrir a sus poderes excepcionales, pero que lo hará si ve el país en peligro, y defendió que su objetivo es conseguir "la estabilidad política, social y económica".
En una alocución frente al Palacio Presidencial tras haber blindado ayer todos sus poderes ante la Justicia, Morsi acusó a "quienes se esconden detrás de los jueces" por querer hacer descarrilar la transición a la democracia. Mientras tanto, en la ciudad septentrional de Alejandría, hubo decenas de manifestantes heridos en enfrentamientos entre partidarios y opositores del mandatario.
Además consideró los disturbios actuales como el resultado de una conspiración de "enemigos en el extranjero y de algunos supervivientes del antiguo régimen que no quieren que Egipto salga adelante por sí mismo".
Mientras el gobernante hablaba este viernes, la policía se enfrentó a los manifestantes cerca de la plaza Tahrir, donde se congregaron miles de opositores para demandar la revocación de la declaración constitucional.
La oposición dijo que los decretos representan "un golpe a la legitimidad" y señaló que van en contra de la independencia del poder judicial y le garantizan a Morsi, que ya ejerce la autoridad legislativa, poderes dictatoriales. En todo el país se registraron manifestaciones de apoyo y rechazo a las medidas adoptadas la víspera.
EEUU Y LA ONU
Estados Unidos aseguró hoy que "genera preocupación" el decreto anunciado por Morsi, y destacó la necesidad de elaborar una nueva constitución en Egipto.
"Una de las aspiraciones de la revolución era garantizar que el poder no estaría excesivamente concentrado en las manos de una persona o institución", declaró la vocero del Departamento de Estado Victoria Nuland en un comunicado.
La vocera señaló que el actual vacío constitucional en Egipto sólo puede ser resuelto por la adopción de una nueva constitución que ofrezca un equilibrio de poderes y respete los derechos individuales y el estado de derecho. El comunicado, que no menciona directamente a Morsi por su nombre, alentó a los egipcios a resolver sus diferencias de manera pacífica.
A su vez, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se mostró hoy preocupada por la acaparación de todos los poderes adoptada por el presidente egipcio, lo que puede conducir "a una situación muy volátil en los próximos días".