A tres meses de dejar la presidencia de México, Felipe Calderón defendió este lunes su polémico operativo militar antidrogas, subrayó la corresponsabilidad de Estados Unidos en la violencia que vive el país y dijo que su sucesor deberá seguir combatiendo "con fuerza" al crimen.
Calderón, que presentó hoy su último informe de gobierno antes de entregar el poder el 1 de diciembre, sostuvo que "la tarea más difícil" que ha enfrentado es la del combate al crimen organizado y que "tomará muchos años" ver el fruto.
Al asumir la presidencia en diciembre de 2006, Calderón lanzó un operativo antidrogas con más de 50.000 militares, que ha sido criticado por la oposición y organizaciones sociales, para quienes la ola de violencia que deja más de 50.000 muertos en este gobierno es en parte resultado de esa estrategia.
"Tomamos la decisión trascendente de enfrentar de manera contundente a la criminalidad (...). Hay quien sugiere que lo mejor hubiera sido no hacer nada. Esas voces por lo mismo señalan que la violencia es culpa del gobierno. La violencia es causada por las bandas criminales", dijo Calderón en el Palacio Nacional.
Reconoció sin embargo que las Fuerzas Armadas y la Policía Federal han cometido en el combate al crimen organizado "errores y en algunos casos abusos", pero esto ha sido "la excepción y no la regla" y se "ha actuado contra los responsables".
El presidente saliente señaló que su sucesor, Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó hegemónicamente de 1929 a 2000, debe "seguir combatiendo con fuerza al crimen", sobre todo en el terreno de la depuración de las fuerzas policiales, penetradas por el narcotráfico.
"En el ámbito internacional, México debe insistir en que todos los países asuman su responsabilidad en el combate al crimen organizado y que la comunidad internacional explore todas las alternativas, incluyendo las alternativas de mercado para reducir el flujo de recursos" del crimen organizado, añadió.
Peña Nieto fue declarado presidente electo el viernes por el Tribunal Electoral, que desestimó un reclamo de la izquierda y de su candidato, Andrés Manuel López Obrador, de declarar inválida la elección realizada el 1 de julio.
"Convoco a todos los mexicanos a que, por encima de cualquier diferencia, lo apoyemos en lo esencial (a Peña Nieto). Porque sé muy bien que un presidente necesita la colaboración de todos para sacar a México adelante", dijo Calderón.
El mandatario se dirigió de igual forma al nuevo Congreso que entró en funciones el sábado al señalar que debe "unir esfuerzos para blindar a las instituciones políticas y democráticas contra el poder corruptor del crimen que se asoma a ellas".
En su discurso, que pronunció con tono enérgico, Calderón también responsabilizó a Estados Unidos de la violencia que sacude a México al señalar que "ellos son los consumidores, ellos son los proveedores del dinero, ellos son los proveedores de armas" para el crimen organizado.
"Expresamos con firmeza la necesidad de frenar los flujos criminales de armas y de dinero que alimentan a la violencia en nuestro país", dijo.
Sobre la situación económica, Calderón sostuvo que se consolidaron las finanzas, lo que permitió que "mientras algunos países incluso desarrollados viven el riesgo de quiebra financiera todos los días u otros tienen que reducir insostenibles déficits fiscales, México lleva tres años de crecimiento continuo".
El próximo gobierno, añadió, debe reforzar la creación de empleos, aprobar una nueva ley laboral para impulsar el desarrollo y una reforma hacendaria que le permita al Estado reforzar su capacidad económica.