El presidente estadounidense, Barack Obama, viaja hoy a la pequeña ciudad de Newtown para reunirse con las familias de las víctimas de la matanza escolar del viernes, en la que un tirador mató a veinte niños y seis adultos antes de quitarse la vida.

El objetivo del presidente es "acompañar a las familias de aquellos que han perdido la vida y agradecer a los primeros en responder" a la tragedia, según explicó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

"El presidente hablará también en una vigilia de diversas confesiones por las familias y las víctimas así como por las familias de los alumnos de la escuela primaria Sandy Hook", que está prevista para las 19:00 hora local (00.00 GMT del lunes).

Antes de la vigilia, Obama se reunirá en privado con las familias y con los servicios de emergencia.

Tras el tiroteo del viernes, Obama se dirigió al país visiblemente emocionado y, sin poder contener algunas lágrimas, dijo en una declaración en la Casa Blanca que se van a tener que "tomar medidas significativas para prevenir futuras tragedias" como ésta.

"Hemos sufrido demasiadas de estas tragedias en los últimos años", afirmó Obama , quien añadió que "no hay palabras" para calificar el dolor que todos los estadounidense sentían por la tragedia.

Tras las palabras del presidente, han surgido muchas peticiones a favor de medidas específicas para el control de la venta de armas de fuego.

Los alcaldes de Nueva York y Boston, Michael Bloomberg y Thomas Menino respectivamente, pidieron a Obama "un proyecto de ley que arregle este problema".

"Hacer llamamientos a acciones no es suficiente. Necesitamos acción inmediata. Hemos escuchado esa retórica antes. Lo que no hemos visto es liderazgo ni de la Casa Blanca ni del Congreso. Eso debe terminar hoy", afirmó Bloomberg, quien recordó en un comunicado que 34 estadounidenses mueren cada día por las armas de fuego.