Miles de palestinos recibieron hoy en Ramala, la ciudad cisjordana donde está instalado el gobierno de la ANP, al Presidente Mahmoud Abbas a su regreso de Nueva York, donde el jueves obtuvo el reconocimiento de Palestina como Estado observador no miembro de la ONU.
El líder palestino fue recibido con alformbra roja en un ambiente de fiesta nacional y con cientos de banderas, en una plaza inundada por militantes de todas las facciones y engalanada con carteles con su imagen, la del fallecido presidente Yasser Arafat y una gigantesca fotografía de Jerusalén. Abbas saludó a dignatarios a la entrada de la Muqataa, sede del gobierno palestino.
En sus primeras palabras ante la multitud Abbas dijo "ahora tenemos un Estado" y agregó que consiguieron "algo histórico en las Naciones Unidas".
Abbas, que desde hacía tiempo se veía eclipsado por los logros frente a Israel del movimiento islamista Hamas, abogó también en su discurso por la unidad nacional, que describió como el "siguiente paso" de sus gestiones hacia la independencia. "La reconciliación nacional es necesaria para alcanzar la liberación de la ocupación israelí", subrayó.
Previamente al partir de Nueva York había señalado que Palestina se ha convertido en "un estado bajo ocupación", según citó el sitio Ynet, refiriéndose así al anuncio israelí de nuevos asentamientos en los territorios ocupados. El titular de la ANP reiteró su disposición a negociaciones con Israel pero en el respeto de las resoluciones internacionales, que prohíben la fundación de asentamientos israelíes.
SEGUNDA MEDIDA
Sin embargo, mientras Abbas era aclamado en Ramala, Israel anunció una nueva medida de castigo. Decidió no transferir este mes los impuestos recaudados para la ANP en represalia por el reconocimiento por la ONU de Palestina como Estado observador.
"No pienso transferir el dinero este mes, lo utilizaré para pagar las deudas que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha contraído con la empresa de electricidad (de Israel)", anunció el ministro de Finanzas, Yuval Steinitz, en la reunión semanal del Consejo de Ministros, informa la edición digital del diario Yediot Aharonot.
Steinitz calificó la petición de los palestinos a la ONU de "provocación", y señaló que con el respaldo internacional lo que lo palestinos buscan es "alcanzar un Estado sin tener que reconocer a Israel, sin (comprometerse) al desarme y sin mecanismos de seguridad" para los israelíes.
En virtud de los Acuerdos de París de 1995, protocolo económico de los Acuerdos de Oslo, la Hacienda israelí recauda todos los meses las tasas de aduanas de productos que entran a la ANP y de empleados palestinos que trabajan en Israel.
Se trata de una suma que asciende a unos cien millones de dólares y que representa hasta el 50% por ciento del exiguo presupuesto del gobierno del primer ministro palestino, Salam Fayad, que en el último año pasa por una grave crisis de liquidez.
Según el ministro israelí, la recaudación del mes de noviembre, que debe ser transferida a Ramala alrededor del día 5, será empleada en pagar la deuda de unos 700 millones de shékels (184 millones de dólares o 141 millones de euros) que la ANP ha acumulado en los últimos años con la empresa nacional de electricidad de Israel.
Además, esta mañana el Consejo de Ministros de Netanyahu rechazó oficialmente el contenido, las consecuencias y las interpretaciones que se desprendan del texto de la resolución 67/191 de la Asamblea General.