El presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, y el primer ministro de India, Manmohan Singh, mantuvieron hoy en Nueva Delhi su primera reunión al más alto nivel en siete años, en un intento por normalizar las relaciones entre los dos países rivales con arsenal nuclear.   

Los lazos han mejorado desde que Pakistán prometió a su vecino un estatus comercial más favorable el año pasado, aunque la recompensa de 10 millones de dólares ofrecida por Washington por un islamista paquistaní acusado de ataques en el 2008 en Bombai ha reabierto viejas heridas.   

Sin dar detalles, ambos dos líderes dijeron que habían abordado un amplio rango de asuntos durante una reunión "fructífera" antes de compartir un almuerzo. Singh dijo que esperaba realizar su primera visita a Pakistán en una fecha conveniente.    

"Nos gustaría tener mejores relaciones con India. Hemos hablado de todos los asuntos de los que podíamos hablar y esperamos reunirnos en suelo paquistaní muy ponto", sostuvo Zardari cuando ambos salieron de la residencia de Singh.    

En su primera visita a India dentro de una delegación integrada por 40 personas, el hijo de Zardari, Bilawal Bhutto Zardari, se situó detrás de ambos líderes en la reunión, en un posible indicio de que tendrá un rol más destacado en política.      

"Las relaciones entre India y Pakistán deberían normalizarse. Es nuestro deseo común", dijo Singh. "Tenemos una serie de asuntos para los que estamos deseando hallar soluciones tácticas y pragmáticas y ese es el mensaje que el presidente Zardari y a mí nos gustaría comunicar", indicó.      

La visita de Zardari se produjo mientras equipos de rescate, respaldados por helicópteros y perros adiestrados, buscaban a 124 soldados pakistaníes y 11 civiles que quedaron sepultados por una avalancha el sábado cerca del glaciar de Siachen de 6.000 metros, en Cachemira, conocida como el campo de batalla a mayor altitud del mundo.    

India y Pakistán se han enfrentado en dos guerras por Siachen y cientos de personas han muerto en la zona, en su mayor parte por las inhóspitas condiciones climáticas.      

India aún no se ha pronunciado sobre el desastre.      

La libertad del islamista Hafiz Saeed, sospechoso de planear el ataque de hombres armados con sede en Pakistán en la capital financiera india, Mumbai, que causó 166 muertos, provocó algo de fricción en los días previos a la reunión.      

India está indignada porque Pakistán no ha detenido a Saeed, pese a haberle entregado un dosier de pruebas en su contra. El primer ministro de Pakistán, Yousuf Raza Gilani, dijo el viernes que cualquiera que tuviera pruebas concretas para juzgar a Saeed debería presentarlas ante los tribunales.    

Y dado que Zardari y Singh afrontan grandes problemas en casa, existen bajas perspectivas de arreglar el complejo "impase" por Cachemira, que desencadenó dos de las tres guerras en las que se han enfrentado desde su independencia de Reino Unido en 1947.