El Presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari, regresó hoy a Islamabad luego de un viaje relámpago a Dubai de un día, en medio de un clima de tensión entre su gobierno y el Ejército. El principal vocero presidencial, Farhatulá Babar, informó que el mandatario viajó para asistir a un matrimonio.
La visita levantó expectación porque en diciembre el presidente sufrió un aparente infarto y tuvo que ser hospitalizado precisamente en Dubai. Durante sus dos semanas de ausencia, la prensa especuló entonces que el Ejército estaba preparando un golpe militar y el presidente no volvería.
Su nuevo viaje al emirato, de tan sólo 24 horas, se produjo en medio de la tensión del gobierno y las milicias, que dominan a la política paquistaní desde hace semanas. Las Fuerzas Armadas, que han tenido el poder durante algo más de la mitad de la historia de Pakistán, han negado categóricamente que estén planeando un golpe de Estado.
Civiles y militares se están viendo las caras desde diciembre en un caso que les enfrenta e investiga el Tribunal Supremo, conocido como "memogate". El escándalo tiene su origen en un supuesto documento secreto que el gobierno hizo llegar a EEUU a través del embajador en Washington, Husain Haqqani, un fiel aliado de Zardari que fue destituido por la presión del Ejército.
La presunta nota, remitida después de la operación en que EEUU mató a Osama Bin Laden en mayo, pedía a Washington que intercediera en el caso de que el Ejército planeara desbancar al gobierno, tal como se recogieron entonces algunas versiones.
Los mutuos recelos entre el poder castrense y el civil ha llevado a los partidos opositores a pedir un adelanto de las elecciones generales.
La legislatura expira a principios de 2013, pero fuentes diplomáticas creen que los comicios podrían anticiparse y tener lugar antes de que concluya este año.