El presidente rumano suspendido Traian  Basescu afirmó el domingo que evitó su destitución gracias a la fuerte  abstención en el referendo aunque aseguró que entiende la "cólera" de los  millones de rumanos que votaron en su contra.

"Los rumanos rechazaron el golpe de Estado de los 256 parlamentarios liderados por Victor Ponta (primer ministro) y Crin Antonescu (presidente  interino)", declaró Basescu desde la sede de su cuartel de campaña, unos  minutos después del cierre de los colegios electorales.

"Quiero dar las gracias a quienes, superando su enfado, han entendido que  el referendo no era sobre Basescu sino sobre Europa", añadió. Sus partidarios  habían llamado a boicotear la consulta.

La participación fue de un 45,92%, según una estimación oficial de la  Oficina Electoral central publicada la noche del domingo.

Según la ley la participación para que el referendo fuera vinculante debía ser superior al 50% de los electores inscritos. Traian Basescu, debería por lo tanto quedarse al frente de Rumania.

Según un sondeo a boca de urna para el canal de televisión Realitatea TV,  una aplastante mayoría de los votantes, 86,90%, se había pronunciado a las 21:00 horas (18H00 GMT) a favor de la destitución del presidente. 

Bruselas observará con atención el resultado de esta consulta, después de  haber criticado a mediados de julio los métodos de la Unión Social Liberal  (USL, centro izquierda) del primer ministro Victor Ponta para facilitar la  destitución del presidente.

Ponta aseguró que la participación era buena "si se excluyen los tres  millones de rumanos que viven en el extranjero y los dos millones de origen  húngaro que siguieron el llamado del primer ministro húngaro Viktor Orban de no  votar".

En visita privada en Rumania, Orban había deseado que los rumanos "tomen  una buena decisión el domingo, que podría ser no tomar ninguna decisión". En  los dos departamentos que tienen una fuerte comunidad húngara, la participación  era respectivamente de 6,8% y 12,3%.

Basescu, un ex capitán de la marina, ya superó la prueba de un primer  referéndum de destitución en 2007, pero vio desplomarse su popularidad después  de una serie de medidas draconianas de austeridad aplicadas en 2010.

Respondiendo a sus adversarios, que lo acusan de "aferrarse al poder"  ignorando la voluntad de la mayoría de los rumanos, Basescu aseguró que "si el  índice de participación llegaba a más o menos 48 o 49% y que la diferencia  (entre el "si" y el "no") era muy grande, no tendré otra solución que renovar  mi propuesta de reducir mi mandato a cambio de una revisión de la Constitución". 

Esta revisión debería culminar en la instauración de un parlamento  unicameral y en la reducción en un tercio del número de escaños, una propuesta  masivamente apoyada en un referéndum en 2009.

Para movilizar a los electores, las autoridades prolongaron cuatro horas la  apertura de los 18.200 colegios electorales, hasta las 23H00, e instalaron  urnas en los hoteles y restaurantes de las localidades situadas en las costas  del Mar Negro.

"Fui a la playa a la mañana y luego a votar. El derecho de voto es  primordial, si no se vota otros deciden por nosotros", indicó Radu  Florin, un empresario de 43 años de edad, al salir de un colegio electoral  improvisado en la estación turística de Mamaia (sureste).

Una estimación oficial de la tasa de participación será anunciada por la  Oficina Electoral central a las 00H30 (21H30 GMT). Los primeros resultados  oficiales sólo serán conocidos el lunes.