El presidente sirio, Bashar al-Assad, envió tropas durante la noche a un barrio de la capital, mientras sus tanques disparaban en Derá para aplastar la resistencia en la ciudad donde comenzó la revuelta contra su gobierno autocrático hace más de un mes.

Cientos de soldados llegaron en autobuses blancos al barrio de Duma, en el norte de Damasco, dijo a Reuters un testigo el miércoles.

Desde este lugar manifestantes prodemocráticos han tratado de desfilar hacia el centro de la capital en las últimas de semanas, pero han recibido disparos.

Más de 2 mil policías de seguridad se desplegaron en Duma, montando controles y comprobando las tarjetas de identidad para detener a simpatizantes prodemocráticos, dijo un testigo, un ex soldado que no quiso ser identificado.

Dijo que varias camionetas en las calles estaban equipadas con ametralladoras y miembros de la policía secreta vestidos de civil llevaban rifles de asalto. Creía que los soldados pertenecían a la guardia republicana, una de las unidades más leales a Assad.

Varios diplomáticos dijeron que Assad envió el lunes a Derá a la Cuarta División Mecanizada, al mando de su hermano Maher, donde comenzaron las manifestaciones en demanda de libertades políticas y el fin de la corrupción el pasado 18 de marzo.

La familia Assad gobierna Siria desde que el padre de Bashar, el fallecido presidente Hafez al-Assad, se hizo con el poder en un golpe de Estado en 1970.

El joven Assad mantuvo intacto el sistema político autocrático que heredó en el 2000, mientras su familia extendió su control sobre la economía del país, que atraviesa dificultades.

Assad ha reforzado los lazos de Siria con Irán, de mayoría chií. Ambos países apoyan a Hezbollah y Hamas, aunque Damasco persigue la paz con Israel.

Siria e Israel están técnicamente en guerra, pero la frontera del Golan entre ellos ha estado tranquila desde un alto el fuego en 197