El Presidente de Siria, Bashar al Assad, apareció hoy brevemente y sin que se anunciara previamente en una masiva manifestación de seguidores del régimen y ante miles de manifestantes en la plaza Umayaden de Damasco, donde reiteró que la victoria de los sirios frente a los "conspiradores" extranjeros está cerca.

Transmitido por la televisión local, la aparición de Assad es la primera de estas características que el presidente realiza desde el inicio, hace diez meses, de las protestas que contra el régimen cuya represión ha dejado a más de 5.000 personas muertas, según datos de la ONU.

"He venido aquí para poner las manos juntos, mirar hacia el futuro y caminar hacia adelante, y colocar una mano sobre las reformas y otra sobre la lucha contra el terrorismo", explicó el mandatario. Manifestó que su comparecencia pretende agradecer y expresar su cariño a "todos los ciudadanos que han salido a cada plaza, ciudad, barrio, mezquita, colegio y universidad para confirmar el arabismo".

Los fervientes seguidores desplegaron banderas, retratos del mandatario y algunas banderas de la milicia libanesa proiraní de Hizbulá.

Ayer Assad emitió un discurso en la Universidad de Damasco en la que fue su primera intervención pública en siete meses.

Estados Unidos criticó en duros términos este discurso. La vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland, dijo en Washington que Assad niega su propia responsabilidad en la violencia en Siria, pues durante el discurso dijo que no había dado órdenes de que se disparara contra la población.

Además, responsabilizó de la situación en el país a un complot de fuerzas extranjeras. Parece, dijo Nuland, que quiere negar toda responsabilidad de las fuerzas de seguridad en la sangrienta represión de las protestas.