A las 16 horas en punto de Ciudad de México partió ayer el cortejo con las cenizas del escritor Gabriel García Márquez, desde su casa hacia el Palacio de Bellas Artes, donde recibió un homenaje póstumo. Desde temprano, cientos de personas se apostaron frente al edificio con rosas y tulipanes amarillos, además de letreros, algunos con la leyenda "Gabo vive".

Las autoridades mexicanas no se quedaron atrás y en el interior del recinto dispusieron 10 mil rosas amarillas, además de un retrato gigante del autor de Cien años de soledad. Afuera, una orquesta recibió el cortejo interpretando fragmentos de piezas clásicas, de Bela Bartok y Giovanni Botessini.

Tras su muerte el pasado jueves a los 87 años, el cuerpo del escritor fue incinerado en una ceremonia privada. Su viuda Mercedes Barcha, y sus hijos Gonzalo y Rodrigo, no han revelado aún el destino de los restos, que podrían quedar en México o trasladarse a Colombia, aunque también podrían repartirse en ambos países. De hecho, el Presidente colombiano, Juan Manuel Santos, viajó especialmente para presidir la ceremonia oficial junto al Mandatario mexicano Enrique Peña Nieto.

Los homenajes también se extendieron al papel: Random House reeditara algunos títulos como Crónica de una muerte anunciada y Relato de un náufrago. Mientras que se acaba de lanzar la novela gráfica Gabo. Memorias de una vida mágica, que alcanzó a ser visada por el propio autor y su agente, Carmen Balcells.